Estética y Poder: El Arte Totalitario Nazi y la Sombra de la 'Megamáquina'

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El Concepto de 'Megamáquina' y el Arte Totalitario

Lewis Mumford, en su obra, introduce el concepto de 'Megamáquina' para describir cómo, a lo largo de la historia, los gobiernos han condicionado de forma velada o invisible la estética de los pueblos. Mumford no solo aborda la época contemporánea, sino que retrocede hasta el arte clásico. Sostiene que la 'megamáquina' ya estaba activa en el antiguo Egipto, argumentando que las pirámides no son simplemente el resultado de la aparición de una nueva tecnología, sino la consecuencia de una nueva organización social que integra tecnología, personas, animales, modos de organización y ciencia. A estos sistemas sociales complejos que incorporan seres vivos, máquinas y formas de hacer, Mumford los denomina “megamáquinas”.

El Nazismo y su Impacto Estético

A finales de los años 30 y durante los 40, emergieron en el mundo regímenes totalitarios que afectaron profundamente la estética. Es fundamental entender que el siglo XX transformó la forma de mirar y de ser mirado, una tendencia que el siglo XXI ha exacerbado al máximo.

Con la llegada de los nazis al poder, impusieron un nuevo régimen y, con él, una nueva forma de ver el mundo que exigía un cambio radical en el arte. Por ello, organizaron la infame exposición del 'Arte Degenerado' (Entartete Kunst) para denostar las vanguardias modernas.

Los nazis detestaban movimientos como el dadaísmo por su aparente falta de normas y su espíritu anárquico, aunque es posible que, a pesar de su odio, les provocara cierta fascinación o reacción visceral. (Apunte de Nicolás)

Ruptura con la Modernidad y el Destino de los Artistas

La estética nazi buscaba romper deliberadamente con el arte moderno, proponiendo en su lugar un arte heroico destinado a exaltar a su 'raza'. Los artistas calificados como 'degenerados' por el régimen se enfrentaron a un futuro sombrío:

  • La persecución y la muerte.
  • El exilio forzoso.
  • El abandono de su práctica artística.

Se ha señalado que las universidades alemanas estuvieron muy desligadas de la política del momento, aunque este es un punto complejo y debatido en el contexto del control totalitario.

La Visión Estética de Hitler

Hitler promulgó una estética basada en lo supuestamente 'eterno, bueno y bello', rechazando categóricamente lo extraño, las ambigüedades, la experimentación y los errores inherentes al proceso creativo. Este ideal estético estaba intrínsecamente conectado con el objetivo político de crear una 'raza superior'. La estética nazi, además, se centraba predominantemente en la exaltación del mundo masculino.

Las propias obras pictóricas de Hitler, principalmente acuarelas, eran de estilo sencillo y convencional.

El régimen nazi no buscó su legitimidad en la Iglesia; no era un movimiento fundamentalmente religioso, sino que basaba su autoridad en sí mismo y en el ejercicio del poder absoluto. Al llegar al poder, Hitler aspiraba a crear un imperio que emulara la grandeza de las civilizaciones grecolatinas.

Características Principales de la Estética Nazi

Es importante notar que, aunque comparten rasgos totalitarios, la estética nazi no es idéntica a la fascista (por ejemplo, la desarrollada en Italia).

Influencias y Temáticas

  • Reorganización de la mirada con una clara influencia grecolatina. Se retomaron modelos de la Grecia y Roma clásicas. Las esculturas de este período volvieron a idealizar el cuerpo, especialmente el masculino.
  • Búsqueda de la monumentalidad y una clara función propagandística.
  • Huida del carácter metafórico y conceptual del arte moderno para centrar su fuerza en el realismo (idealizado).
  • Promoción de conceptos como el orden, la tradición y el mito ario a través del arte.
  • El arte estaba dirigido ostensiblemente al pueblo, en contraposición a las élites intelectuales asociadas a las vanguardias.

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