Estilos arquitectónicos y pictóricos del Renacimiento
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ALMOHADILLADO
Término arquitectónico. Aparejo de sillería con las juntas biseladas o rehundidas. Aunque se utilizó ampliamente desde la arquitectura fenicia, se generaliza y enriquece ornamentalmente durante el Renacimiento, siendo un acabado característico de los palacios italianos de esta época, en cuyas plantas bajas se aumenta su relieve (palacio Medici-Ricardi de Michelozzo). Tras el Manierismo, con el orden rústico y su intento por aparentar lo inacabado, destacará el almohadillado de este nombre.
GRUTESTO
Término pictórico. Motivo decorativo a base de seres fantásticos, vegetales y animales, complejamente enlazados y combinados formando un todo. Es un tema propio del Renacimiento y suele estar formado, en su parte superior, por una cabeza o torso humano o animal que se acaba en un juego de plantas o elementos vegetales por abajo, al modo de los que se encontraron en algunos edificios romanos como la Domus Aurea de Nerón y que dieron el nombre a este motivo decorativo por haberse encontrado en espacios subterráneos.
HERRERIANO
Estilo arquitectónico que caracteriza a la época de Felipe II. Creado por Juan de Herrera (1530-1597), se caracteriza por ser un estilo depurado, matemático, austero y monumental, cuyo arquetipo es el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. También del mismo autor es el proyecto de la catedral de Valladolid. Se corresponde con la tercera y última etapa de la arquitectura renacentista española, que fue evolucionando hacia una progresiva depuración ornamental, desde el Plateresco inicial hasta el Purismo clásico del segundo tercio del siglo XVI y la absoluta desnudez decorativa que introdujo el estilo herreriano. Los edificios herrerianos destacan por su severa horizontalidad, lograda gracias al equilibrio de las formas, preferentemente cúbicas, que se disponen simétricamente en la estructura. Por lo general, presentan cubiertas de madera revestidas al exterior de pizarra y torres laterales, rematadas en chapiteles piramidales terminados en punta, que introducen un elemento de verticalidad, al tiempo que contribuyen a reforzar la sensación de simetría.
MANIERISMO
Estilo de transición entre el Renacimiento y el Barroco, cuya denominación ha sido recientemente creada y que se caracteriza, sobre todo en pintura, por su exceso de refinamiento (poniendo, por ejemplo, el tema central fuera del centro del cuadro), su sensualidad contenida, por el leve alargamiento de las figuras. Se trataba de una reacción anticlásica que cuestionaba la validez del ideal de belleza defendido en el Alto Renacimiento. El manierismo se preocupaba por solucionar problemas artísticos intrincados, como desnudos retratados en posturas complicadas.