Estilos de Liderazgo Clave: Administrativo, Democrático y Colaborador

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Comprendiendo los Estilos de Liderazgo en la Organización

El liderazgo es un pilar fundamental en cualquier organización, y la forma en que se ejerce puede determinar el éxito o fracaso de sus objetivos. A continuación, exploramos tres estilos de liderazgo distintivos: el administrativo, el democrático y el colaborador, cada uno con sus propias características y enfoques.

Liderazgo Administrativo

El líder que se ve a sí mismo como un administrador está preocupado principalmente por el funcionamiento de la organización. Hacia dónde se dirige la organización no es su problema, siempre y cuando esta funcione en buenas condiciones. Podría prestar atención a las relaciones con el personal y entre ellos, pero solo para mantener el funcionamiento sin dificultades. Dependiendo de la naturaleza y la estabilidad de la organización, sus preocupaciones principales podrían ser la financiación, el fortalecimiento de los sistemas y la infraestructura de la organización (políticas, puestos, equipo, etc.) o que las operaciones diarias vayan bien (incluyendo asegurarse de que todos están haciendo lo que se supone que deben hacer).

Si es eficiente, un líder administrativo estará generalmente al tanto de lo que está sucediendo en la organización. Dependiendo del tamaño de la organización y su nivel de gestión, tendrá el control del presupuesto, conocerá con exactitud las políticas y los manuales de procedimientos, estará consciente de quién está haciendo su trabajo de manera eficiente y quién no, y hará frente a los problemas de manera rápida y firme cuando surjan. Lo que no hará es guiar a la organización. La visión no es su prioridad; el mantenimiento de la organización sí lo es.

Liderazgo Democrático

Un líder democrático entiende que una organización no puede existir sin su gente. Ve los puestos, tanto el suyo como el de los demás, en términos de responsabilidades en lugar de estatus, y con frecuencia consulta al tomar decisiones. Aunque solicita, valora y toma en cuenta otras opiniones, considera que la responsabilidad final en la toma de decisiones es suya. Acepta que tener la autoridad también significa que la responsabilidad final recae en él.

El liderazgo democrático fomenta la participación del personal y de otros, no solo en la toma de decisiones, sino también en la configuración de la visión de la organización. Se permite a todos expresar sus opiniones sobre cómo se deben hacer las cosas y hacia dónde debe dirigirse la organización. Al compilar las ideas de todos, el liderazgo democrático enriquece las posibilidades de la organización. Sin embargo, aun así, la decisión final sobre qué hacer con esas ideas recae en una sola persona.

Liderazgo Colaborador

Un líder colaborador busca involucrar a todos los miembros de la organización en la dirección. Es realmente el primero entre iguales, en el sentido de que, en lugar de ocuparse de un trabajo en particular, puede iniciar un debate, identificar problemas o cuestiones que deben abordarse y realizar un seguimiento de la organización en su conjunto. Sin embargo, las decisiones se toman a través de un proceso de discusión en colaboración y, en algunos casos, por mayoría o por consenso.

Con ese fin, un líder colaborador busca fomentar la confianza y el trabajo en equipo entre todo el personal. Un líder colaborador debe dejar de lado la necesidad de control o poder para ser eficaz. Su objetivo es fomentar el proceso de colaboración para potenciar al grupo —ya sea el personal y otras personas involucradas en una organización, o las personas y organizaciones que participan en una iniciativa comunitaria— y permitir que este grupo defina la visión y el funcionamiento de la organización. Debe confiar en que, si las personas tienen toda la información relevante, tomarán buenas decisiones. Además, debe asegurarse de que dispongan de esa información y proporcionar el tipo de facilitación que asegure decisiones acertadas.

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