Estoicismo: Filosofía de la Razón Universal y el Destino
Clasificado en Filosofía y ética
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Orígenes y Principales Exponentes
Fundada en Atenas hacia el 300 a.C. por Zenón de Citio, el estoicismo debe su nombre al lugar donde sus miembros impartían sus enseñanzas: una stoa o pórtico, un espacio común para tertulias en las antiguas ágoras. Zenón recibió influencias del cinismo y de la escuela megárica, lo que explica el interés de esta escuela por la lógica, un ámbito de estudio predilecto de los megáricos. Otros estoicos de esta época, seguidores directos de Zenón, fueron Aristón de Quíos, Cleantes y Crisipo.
Cosmología y Física Estoica
En cuanto al sistema físico, los estoicos recuperaron, complementaron y sistematizaron las ideas de Heráclito, interpretando literalmente la famosa imagen del fuego cósmico: el cosmos está constituido por un fuego eterno que es, al mismo tiempo, la sustancia material de una especie de Razón Universal y de la ley con que gobierna toda la realidad. Los estoicos hablan de esta Razón como si se encontrara infiltrada en la naturaleza. Razón y ley son materiales: el estoicismo acepta el monismo materialista de los milesios, adaptado a su interpretación del pensamiento de Heráclito. A menudo, esta doctrina se ha interpretado como panteísmo y, ciertamente, los estoicos hablan de la Razón Universal como de la divinidad. Destaca también la asimilación de Razón y Destino, de profundas repercusiones morales para los estoicos.
El transcurrir del tiempo tiene para los estoicos una forma cíclica que hace que los hechos se repitan de manera idéntica a intervalos regulares, concluyendo cada ciclo en una especie de incendio universal que lo destruye todo y reinicia nuevamente el proceso.
Ética Estoica: Vivir de Acuerdo con la Naturaleza
La meta del sabio es vivir de acuerdo con la razón que gobierna el universo, conforme a la naturaleza, aceptando resignadamente el destino que se le tenga reservado y elevándose por encima de los deseos y los afanes personales, propios del resto de los humanos, que ignoran lo vano de sus esfuerzos por oponerse a los designios de esa razón universal.
El conocimiento y la aceptación por el sabio de su destino le lleva a la apatía, actitud de desapego de toda pasión y deseo, por la que se hace autosuficiente (ya que no quiere ni necesita nada que no dependa de sí mismo, no hay más necesidades que aquellas que uno pueda satisfacer por sí, sin depender de nada ni de nadie) y libre, puesto que hace coincidir su propia voluntad con lo que de todas formas va a suceder.
Virtud y Sabiduría
En resumidas cuentas, el saber lleva a la conciencia del orden necesario y racional de la realidad y se identifica con la virtud, en tanto vida conforme a la naturaleza y su orden necesario. De ese conocimiento y esa actitud de aceptación del destino le vendrá al sabio todo el bien posible en la vida, frente al ignorante que la desperdiciará luchando inútilmente, afanándose en lograr metas individuales y descarriadas.
Influencia Posterior y Figuras Clave
Esta doctrina se entendió en siglos posteriores, en lo que se refiere a la conducta moral concreta, como exaltación del cumplimiento del deber, lo que hizo del estoicismo una escuela bien vista en los círculos burocráticos y políticos del poder romano, al incentivar la obediencia y la sumisión.
Precisamente, dos de los más destacados seguidores del estoicismo fueron el cordobés, consejero de Nerón (y víctima suya), Lucio Anneo Séneca (siglo I d.C.) y el emperador romano Marco Aurelio (siglo II d.C.).