Estrategias de Adaptación Humana al Medio: Supervivencia y Evolución
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Adaptación Cultural al Medio Humano
La adaptación es la respuesta natural que lleva a cabo el ser humano para aclimatarse a un nuevo medio, favorecido esto por la selección natural. Es una capacidad inherente a la naturaleza humana: se nace con ella, no se pierde ni se modifica y se transmite a la descendencia. Un ejemplo claro es la selección de pieles más claras en zonas de la Tierra con baja radiación solar.
La aclimatación, por su parte, es la respuesta fisiológica al medio ambiente, de carácter puntual y a corto plazo, que puede durar mucho o poco tiempo. Un ejemplo es cuando las personas se broncean al exponerse al sol durante un intervalo de tiempo concreto.
Adaptaciones a la Radiación Ultravioleta
Como hemos mencionado, el ser humano hace uso involuntario de sus facultades adaptativas, que no son más que respuestas favorecidas por la selección natural, para ajustarse a un nuevo medio. Así, la adaptación a zonas de la Tierra con alta radiación ultravioleta selecciona pieles con mayores niveles de melanina, es decir, más oscuras. Por el contrario, en zonas geográficas con menor radiación ultravioleta, se han seleccionado las pieles claras.
La melanina es el principal actor en este proceso, responsable del color de la piel, y actúa como filtro ante una exposición excesiva a la radiación ultravioleta para evitar quemaduras, melanomas, etc. Por otra parte, en zonas con baja radiación solar, un exceso de melanina impide la correcta síntesis de vitamina D. Por ello, en estas zonas se escogen las pieles más claras, ya que la falta o el procesamiento deficiente de esta vitamina produce raquitismo u otras enfermedades.
Adaptaciones al Clima
Las Leyes de Bergman y Allen postulan que en los climas cálidos se seleccionan sujetos longilíneos con facilidad para perder calor. En cambio, en climas fríos, se seleccionan sujetos con fisionomía robusta y ancha, y extremidades cortas para conservar mejor el calor.
Adaptaciones al Calor
Los principales mecanismos que tenemos los seres humanos para combatir el calor son el sudor, el cual, como parte negativa, puede llevar a una consecuente y peligrosa deshidratación, y la vasodilatación de nuestro complejo sistema sanguíneo.
Adaptaciones al Frío
Para hacer frente al frío, no presentamos ninguna adaptación genética, sino simplemente respuestas fisiológicas momentáneas como la vasoconstricción y la tiritera. Sin embargo, nuestra segunda naturaleza, de carácter artificial, que es la cultura, nos permite proveernos de materiales para confeccionar vestimentas, construir refugios aislantes del frío o generar fuego.
Adaptaciones a la Altura
El principal obstáculo que impide el desarrollo de vida humana a más de 2000 metros de altura es la hipoxia o falta de oxígeno. Las respuestas de nuestro organismo a esta condición incluyen una aceleración del ritmo cardíaco y respiratorio, así como un incremento de glóbulos rojos, entre otros.
A estas alturas, se ralentiza el crecimiento y hay un aumento de la tasa de abortos naturales, partos prematuros y fetos deficientemente desarrollados. Si una persona nace en tales condiciones, mantendrá la respuesta fisiológica toda su vida. Sin embargo, si la persona se traslada a vivir a esas alturas de adulto, nunca terminará por aclimatarse completamente.
Las únicas poblaciones perfectamente aclimatadas a la vida en tales alturas son grupos humanos que se hallan en el Himalaya nepalí, como los sherpas, o en zonas de Bolivia, como los quechuas.
Respuestas a Enfermedades Infecciosas
Debido a ciertos cambios socioculturales y económicos, como los acaecidos a partir del Neolítico con la sedentarización y domesticación animal, los seres humanos fueron más proclives a sufrir enfermedades infecciosas. Algunos grupos humanos carecen de ciertas respuestas adaptativas frente a agentes patógenos, como la población amerindia, que se vio drásticamente reducida debido a la viruela.
Adaptaciones Bioculturales
A veces, fenómenos culturales pueden influir en adaptaciones biológicas, hallándose estas entonces en simbiosis. Un ejemplo es la persistencia de la lactasa después del período de lactancia en sociedades y culturas con ganadería vacuna y con el hábito frecuente de beber leche. Por el contrario, en sociedades donde estos hechos no se dan, aparece la intolerancia a la lactosa.