Estrategias de Auto-Legitimación y Manipulación Victimaria: Un Enfoque Psicológico

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La auto-legitimación es un mecanismo por el cual los individuos redimen su conciencia inhibitoria, anulando los frenos de la conciencia moral y dando paso a la acción libre. Fattah observa que la víctima es el eje central de estas estrategias racionalizadoras. Este uso simbólico se califica genéricamente como recurso a la víctima como agente de auto-legitimación. En la propuesta de Fattah se puede apreciar una doble victimización, moral y criminal:

  • Una victimización figurativa previa, donde la víctima queda sacrificada en su imagen, valor o dignidad, en aras del futuro bienestar moral del victimario.
  • Victimización criminal como secuencia lógica, por la cual la acción material secunda a la acción mental destructiva, simbólica y antecedente.

La aptitud victimaria para la distorsión es una variable a tener en cuenta, así como la facilidad, accesibilidad e intensidad de los recursos distorsionantes del victimario, los cuales orientan la selección de la víctima y la decisión de victimización.

Por ello, es importante vigilar el posible caldo de cultivo social y sensibilizar previamente contra las opiniones sociales extendidas contra segmentos de población o figuras que se hacen especialmente vulnerables. Se trata de promover una conciencia comunitaria sana, consciente, crítica y naturalmente preventiva.

Procedimientos de Manipulación Victimaria (Según Fattah)

Fattah aprecia los siguientes procedimientos de manipulación victimaria en el plano de los motivos:

  1. Denegación y reificación de la víctima: Característico frente a una victimización sexual. La víctima se convierte en un objeto sin señas de identificación personal.
  2. Devaluación de la víctima: Es una técnica por la que la víctima degradada queda en condiciones ideales para el consumo victimizador.
  3. Negación o minimización del daño victimal: Se emplea ante la víctima anónima, difusa o corporativa, partiendo de su condición no individual o personalizada.
  4. Víctimo-incriminación: Herramienta psicológica al servicio del victimario.
  5. Negación de responsabilidad: Calificación del acto como fatalidad irremediable. El hecho victimario pasa a ser valorado simbólicamente como incontrolable.
  6. Ofensa como acto justiciero: Proceso más elaborado que requiere un especial condicionamiento psicológico del autor, presa del fanatismo distorsionante.

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