Estrategias de Excelencia y la Era Industrial: Forjando el Progreso Moderno

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Principios Fundamentales para la Calidad y la Productividad

Los 14 puntos de Deming, pilares para la transformación y mejora continua en cualquier organización:

  1. Hacer constante el propósito de mejorar la calidad.
  2. Adoptar la nueva filosofía.
  3. Terminar con la dependencia de la inspección masiva.
  4. Terminar con la práctica de decidir negocios basándose en el precio y no en la calidad.
  5. Encontrar y resolver problemas para mejorar el sistema de producción y servicios de manera constante y permanente.
  6. Instituir métodos modernos de capacitación en el trabajo.
  7. Instituir la supervisión con métodos estadísticos modernos.
  8. Expulsar el miedo de la organización.
  9. Romper las barreras entre los departamentos de apoyo y de línea.
  10. Eliminar metas numéricas, carteles y frases publicitarias que exigen aumentar la productividad sin proporcionar los métodos necesarios.
  11. Eliminar estándares de trabajo que estipulen cantidad y no calidad.
  12. Eliminar las barreras que impiden al trabajador realizar un buen trabajo.
  13. Instituir un vigoroso programa de educación y capacitación.
  14. Crear una estructura en la alta dirección que impulse día a día los trece puntos anteriores.

La Revolución Industrial: Transformación Histórica y Económica

La Revolución Industrial o Primera Revolución Industrial es el proceso de transformación económica, social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en el Reino de Gran Bretaña, y se extendió unas décadas después a gran parte de Europa occidental y América Anglosajona, concluyendo entre 1820 y 1840. Durante este periodo se vivió el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la humanidad desde el Neolítico,1 marcando el paso de una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio, hacia una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada.2

La Revolución Industrial marca un punto de inflexión en la historia, modificando e influyendo en todos los aspectos de la vida cotidiana de una u otra manera. La producción tanto agrícola como de la naciente industria se multiplicó al tiempo que disminuía el tiempo de producción. A partir de 1800, la riqueza y la renta per cápita se multiplicó como nunca antes lo había hecho en la historia,3 pues hasta entonces el PIB per cápita se había mantenido prácticamente estancado durante siglos.4

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