Estrategias de Excelencia y la Era Industrial: Forjando el Progreso Moderno
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Principios Fundamentales para la Calidad y la Productividad
Los 14 puntos de Deming, pilares para la transformación y mejora continua en cualquier organización:
- Hacer constante el propósito de mejorar la calidad.
- Adoptar la nueva filosofía.
- Terminar con la dependencia de la inspección masiva.
- Terminar con la práctica de decidir negocios basándose en el precio y no en la calidad.
- Encontrar y resolver problemas para mejorar el sistema de producción y servicios de manera constante y permanente.
- Instituir métodos modernos de capacitación en el trabajo.
- Instituir la supervisión con métodos estadísticos modernos.
- Expulsar el miedo de la organización.
- Romper las barreras entre los departamentos de apoyo y de línea.
- Eliminar metas numéricas, carteles y frases publicitarias que exigen aumentar la productividad sin proporcionar los métodos necesarios.
- Eliminar estándares de trabajo que estipulen cantidad y no calidad.
- Eliminar las barreras que impiden al trabajador realizar un buen trabajo.
- Instituir un vigoroso programa de educación y capacitación.
- Crear una estructura en la alta dirección que impulse día a día los trece puntos anteriores.
La Revolución Industrial: Transformación Histórica y Económica
La Revolución Industrial o Primera Revolución Industrial es el proceso de transformación económica, social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en el Reino de Gran Bretaña, y se extendió unas décadas después a gran parte de Europa occidental y América Anglosajona, concluyendo entre 1820 y 1840. Durante este periodo se vivió el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la humanidad desde el Neolítico,1 marcando el paso de una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio, hacia una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada.2
La Revolución Industrial marca un punto de inflexión en la historia, modificando e influyendo en todos los aspectos de la vida cotidiana de una u otra manera. La producción tanto agrícola como de la naciente industria se multiplicó al tiempo que disminuía el tiempo de producción. A partir de 1800, la riqueza y la renta per cápita se multiplicó como nunca antes lo había hecho en la historia,3 pues hasta entonces el PIB per cápita se había mantenido prácticamente estancado durante siglos.4