Estrategias de Observación Participante en Investigación Social

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Del mismo modo, la dificultad de abordaje de ciertos temas también puede condicionar la selección de un tipo de técnica u otra como complemento de la observación directa, así como el número de informantes individuales o grupales en el supuesto de aplicación de entrevistas.

La observación participante debe ser entendida como un proceso doble:

  • El acceso progresivo del investigador a mayores cotas de participación, al campo y a los observados.
  • A la vez que la observación se va concretando y concentrando en los aspectos más relevantes para cubrir adecuadamente el objeto de estudio.

Este doble proceso muestra una clara convergencia con las tres fases propuestas por Spradley:

  1. Fase descriptiva: ofrece al investigador unas directrices para abordar la situación de observación y reducir su complejidad para comenzar el necesario proceso de concreción.
  2. Fase de focalización de la observación: se centra en la problemática y procesos esenciales para el objeto de estudio.
  3. Observación selectiva: desarrollada en la etapa final del trabajo de campo y dirigida a hallar más evidencias empíricas de los tipos de prácticas y procesos detectados en la fase anterior.

Pero antes de iniciar el proceso es imprescindible hacer un rastreo documental de todos aquellos documentos que nos permitan tener un conocimiento más aproximado del campo al que vamos a acceder.

La duración es dilatada y la financiación difícil de conseguir, pero si hemos obtenido el respaldo financiero, el trabajo de campo puede llegar a ser realmente satisfactorio y enriquecedor para el investigador.

La Selección de los Escenarios

Los escenarios pueden variar en su relevancia a la hora de comprender el fenómeno social bajo estudio. Por eso, una selección acertada de los escenarios cobra especial importancia como garantía de éxito de la investigación.

Un escenario es cualquier espacio donde el investigador puede encontrar manifestaciones de la realidad social que centra su interés.

Entre los posibles, conviene señalar la idoneidad de aquellos que recogen condiciones de accesibilidad, facilitan la empatía entre observador y observado, así como el registro fructífero de información relacionada con el objeto de investigación. La experiencia del investigador y su responsabilidad ética pondrán los únicos límites para la consecución de este escenario ideal.

La elección de un escenario debe atender a:

  • Los presupuestos teóricos establecidos por el investigador que posibiliten el equilibrio entre lo deseable y lo posible.
  • La práctica y la experiencia del investigador pueden aconsejar el cambio de los escenarios elegidos previamente, situación esta relativamente corriente.
  • En el caso de desconocimiento, las orientaciones prácticas van a marcar más la selección del escenario o escenarios.
  • El acceso y las posibilidades de penetración en los mismos, así como el papel a desempeñar por el observador van a determinar el escenario posible.

Estos criterios descansan en gran medida en las habilidades del observador, por lo que es de gran importancia la experiencia a la hora de adaptarse a nuevos entornos.

Formas de Acercamiento o Presentación

Sobre las formas de acercamiento o presentación no se puede hablar de la existencia de fórmulas magistrales. Abarcan un amplio espectro de opciones que oscilan entre la ocultación de la observación a la presentación abierta, pasando por variadas situaciones intermedias como explicitar la posición de observador sin declarar los objetivos.

La clave del éxito se basa en entrar con buen pie y empatizar con los observados. Esta tarea supone tacto, delicadeza y habilidades sociales, evitando ejercer presiones a la hora del registro de la información y tomando parte activa en ese proceso de interacción para la consecución del respeto y la simpatía de los observados.

El principio de la observación encubierta reside en el hecho conocido del cambio de comportamiento de las personas cuando se saben observadas, ya que puede afectar sustancialmente a los resultados de la observación. Esta premisa justifica la ocultación del papel del observador/investigador, pero puede acarrear problemas éticos para el propio investigador que, en algunas ocasiones, serían difíciles de soportar por el hecho de reconocerse a uno mismo como «un fraude», ya que puede afectar seriamente su forma de proceder.

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