Estructura y Temas en la Literatura Española: Del Realismo Narrativo al Retrato Poético de Machado

Características Narrativas en un Fragmento Realista

En el fragmento seleccionado, se observan varios rasgos distintivos de la narrativa realista, propios de la novela decimonónica:

El Narrador Omnisciente

El narrador omnisciente se aprecia claramente en frases como «Era don Álvaro en efecto» o «Sentía ella que don Álvaro se infiltraba en las almas», donde se demuestra que el narrador conoce tanto lo que ocurre exteriormente como el mundo interior de Ana.

Espacio y Tiempo

• Espacio real y concreto: La casa y alcoba de la protagonista, la calle solitaria, el Parque, la verja o la muralla. Todos ellos son lugares reconocibles de la Vetusta novelesca.
• Tiempo narrativo lineal y verosímil: La secuencia de eventos se presenta de forma clara:
  1. El encuentro nocturno en la verja del Parque («La frente de Ana, metida entre dos hierros»; «A diez pasos de la verja»).
  2. La huida de Ana hacia su alcoba («Corrió a esconderse en su alcoba»).
  3. Sus pensamientos ya a solas con las puertas cerradas («¡Qué fácil era el crimen! Aquella puerta… la noche…»).

Estudio de “Retrato” de Antonio Machado

Contexto y Estética (Generación del 98 y Modernismo)

El poema “Retrato”, incluido en Campos de Castilla (1912), es un autorretrato poético en el que Antonio Machado se presenta a los lectores, mostrando su vida, su pensamiento y su estética. Machado transitó por el Modernismo intimista (en obras como Soledades) y por la Generación del 98 (Campos de Castilla), combinando la introspección y la subjetividad modernista con la sobriedad expresiva, la reflexión ética y el amor por Castilla característicos del 98. Su poesía refleja la preocupación por la España finisecular, al tiempo que busca una expresión auténtica y depurada, libre de los excesos del modernismo preciosista.

B. Temas Centrales: El Yo Poético y la Finitud

El tema central del poema es el yo poético, que recorre desde la infancia hasta la anticipación de la muerte. A lo largo de las nueve estrofas, se abordan los siguientes aspectos:

• Infancia y juventud: Con recuerdos de Sevilla y de Castilla que marcan la formación del poeta («Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla»; «mi juventud, veinte años en tierra de Castilla»).
• Amor y experiencia: Vivencias recibidas y vividas de manera reflexiva y nostálgica («mas recibí la flecha que me asignó Cupido y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario»).
• Carácter social y humano: Muestra su conciencia sobre su relación con los demás.
• Intereses poéticos y estética: Rechazo del modernismo vacío y defensa de una poesía auténtica, sobria y profunda, donde su voz se distingue de las “voces y ecos” de la tradición.
• Filosofía y reflexión sobre la vida: Destaca su autodidactismo y autonomía vital y poética.
• Muerte y finitud: Simbolizada en el “último viaje” («Y cuando llegue el día del último viaje…»).

De manera secundaria, aparecen referencias a España y Castilla, reflejando la preocupación social y paisajística de la Generación del 98. El poema combina, así, la subjetividad modernista con la sobriedad y el contenido ético del 98.

C. Estilo y Recursos Expresivos

El poema muestra la sobriedad expresiva típica de Machado, con un estilo antirretórico y depurado, donde cada palabra tiene peso y significado, característica de los noventayochistas.

Recursos Lingüísticos Destacados

• Predominio del estilo nominal: Nombres acompañados de epítetos que sugieren emociones o significados simbólicos (“huerto claro”, “manantial sereno”, “tenores huecos”, “viejas rosas”).
• Bimembración nominal: Organiza los sustantivos de forma equilibrada y expresiva (“recuerdos de Sevilla / y un huerto claro”).
• Estilo conversacional y sencillo: Se aproxima a la lengua hablada.
• Anáforas: (“Mi infancia – mi juventud”).
• Metáforas simbólicas: (“el último viaje” = la muerte, la nave).
• Motivos simbólicos: Funcionan como símbolos sugestivos aunque poco desarrollados (huerto-limonero para la infancia, mar para la muerte).

Métrica

Métricamente, está formado por serventesios alejandrinos distribuidos en nueve estrofas, una reminiscencia modernista que Machado adapta a su estética sobria y reflexiva.