Ethos y Capital Social: Fundamentos de la Cooperación Altruista en el Trabajo Social

El Ethos, la Cooperación Altruista y el Fundamento del Trabajo Social

El término ethos, en su sentido griego más antiguo, significa el hogar, la morada, la urdimbre última en la que se habita, el lugar desde el que podemos ser como tales y nos proyectamos, y a la vez en el que se asienta nuestra identidad más profunda. Según Aristóteles, los hábitos necesarios para alcanzar la virtud, la estructura profunda que permite la vida social es la cooperación altruista.

La cooperación altruista, como dimensión básica de la vida y la empatía, se adquieren a través de la interacción grupal.

La cooperación altruista, como sustrato ético de la propia condición humana, no solo debe verse desde una perspectiva individual, sino que también opera como motor del bienestar colectivo. La cooperación se basa en la socialización en un entorno en el que la honradez y la confianza se experimentan tanto en las relaciones personales fuertes como en las redes sociales compartidas. Esto nos permite reflexionar sobre los principales valores y habilidades, o, como señalaba Aristóteles, virtudes, que deben poseer en un grado adecuado los miembros de nuestras sociedades. El capital social nos permite, además, situar correctamente el objetivo del Trabajo Social con grupos: aportar a las personas herramientas para afrontar situaciones de crisis.

Clasificación del Capital Social según Putnam

Podemos analizar las diversas formas que adopta el capital social a partir de la clasificación que propone Putnam:

• Capital social formal frente a capital social informal: El capital social formal se caracteriza por estar regulado. El capital informal hace referencia a aquellas redes de interacción que no están formalizadas.

• Capital social denso frente a capital social: Esta diferenciación hace referencia a la intensidad de la interacción social.

• Capital social vuelto hacia dentro y capital social vuelto hacia fuera: Se centra en el objetivo de la red social, de la interacción entre los miembros de la red: la consecución de sus propios intereses.

• Capital social que tiende puentes frente a capital social vinculante: El capital social que tiende puentes hace referencia a aquel tipo de interacción que une a personas desiguales. Frente a esta forma de relación, el capital social vinculante hace referencia a las redes sociales que unen iguales.

Para alcanzar todos estos objetivos, la dinámica de grupos nos ofrece el entorno adecuado: una interacción social que permite objetivar, comprender e interiorizar dichos requisitos y a través de la cual el trabajador social capacita a los miembros del grupo para establecer relaciones sociales potencialmente integradoras.

Desde este planteamiento, podemos arrojar nueva luz sobre los objetivos del T.S. aceptados por la Federación Internacional de T.S. Los Derechos Humanos y la Justicia Social son fundamentales para el T.S. Sus valores se basan en el respeto a la igualdad, el valor y la dignidad de todas las personas.

3. Ética e Inclusión Social en Nuestro Horizonte Histórico

La cooperación altruista como fundamento del T.S. con grupos permite establecer una primera conclusión: la dignidad de todas las personas, que son un fin en sí mismas. En términos Orteguianos, el bienestar de la humanidad es el proyecto histórico de nuestro tiempo.