La Ética: Un Conocimiento Práctico para la Vida

Clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 4,11 KB

Muchas personas conciben a la filosofía como una forma de conocimiento teórico que podría parecer demasiado distante del mundo en el que vivimos. Nosotros debemos considerar que en el mundo conviven en la filosofía otras formas de conocimiento de carácter puramente práctico y de las cuales podríamos extraer numerosas conclusiones para nuestra vida. Tal es el caso de la ética.

(Ética a Nicómaco, Aristóteles). En ética no queremos conocer qué es el valor sino ser valerosos. El hombre virtuoso no es aquel que posee valiosos conocimientos teóricos acerca de qué es el bien, sino aquel que obra de manera virtuosa. Tratar de no memorizar conceptos sino evaluar en qué medida estos conocimientos pueden resultar útiles y prácticos en nuestra propia vida.

Naturaleza de la Virtud Ética

Decía Aristóteles que la virtud ética se alcanza mediante la propia práctica de la virtud. El aprendizaje de la virtud ética implica una voluntad constante de obrar bien y de alimentarse de la experiencia resultante de la acción del hombre. Toda acción humana se realiza en vistas a un fin, y el fin de la acción es el bien que se busca. El fin, por lo tanto, se identifica con el bien. Pero muchas de esas acciones son un instrumento para conseguir a su vez otro fin, otro bien. Aristóteles nos dice que la felicidad es el bien (fin último) al que aspiran todos los hombres por naturaleza. La naturaleza nos induce a buscar la felicidad, una felicidad que Aristóteles identifica con la buena vida (que no es lo mismo que bienestar). Cada sustancia tiene una función propia que viene determinada por su naturaleza; actuar en contra de esa función equivale a actuar en contra de la propia naturaleza. La virtud se identifica con cierta capacidad o excelencia propia de una sustancia o de una actividad. Por conclusión, el ser hombre, como sustancia, ha de tener una función propia: si actúa conforme a esa función será buen hombre; en caso contrario será mal hombre. Y en la medida en que esa función se realice, podrá el hombre alcanzar la felicidad. Si sus actos le conducen a realizar esa función, serán virtuosos; en el caso contrario serán vicios que lo alejarán de su propia naturaleza y, con ello, de la felicidad.

El Hombre Light

Enrique Rojas se refiere al pensamiento débil, sin convicciones de firmeza, indiferente y descomprometido con su entorno.

Así como en los últimos años se han puesto de moda ciertos productos light, también se ha ido gestando un tipo de hombre que podría ser calificado como hombre light.

¿Cuál es su perfil psicológico? ¿Cómo podría quedar definido?

Se trata de un hombre relativamente bien formado, pero con escasa educación humana. Todo le interesa, pero a un nivel superficial, se ha ido convirtiendo en un sujeto frívolo, que lo acepta todo. Ha visto tantos cambios en tan poco tiempo, que empieza a no saber a qué atenerse. Sin ideas claras, atrapado en un mundo lleno de información, que lo distrae, pero que poco a poco lo convierte en un hombre superficial.

Las conquistas técnicas y científicas nos han traído unos logros evidentes: la revolución informática, por ejemplo. Pero frente a todos estos logros hay que poner aspectos de la realidad que funcionan mal y que muestran la otra cara de la moneda:

a) Materialismo:

Hace que un individuo tenga cierto reconocimiento social por el único hecho de ganar mucho dinero.

b) Hedonismo:

Pasarlo bien a costa de lo que sea en el nuevo código de comportamiento, lo que apunta hacia la muerte de los ideales, el vacío de sentido y la búsqueda de una serie de sensaciones cada vez más nuevas y excitantes.

c) Permisividad:

Arrasa los mejores propósitos e ideales.

d) Revolución sin finalidad y sin programa:

La ética permisiva sustituye a la moral, lo cual engendra un desconcierto generalizado.

e) Relativismo:

Todo es relativo, con lo que se cae en la absolutización de lo relativo, brotan, así, unas reglas presididas por la subjetividad.

Entradas relacionadas: