Ética Existencialista y la Teoría de la Justicia de John Rawls

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Para la ética existencialista, la existencia del ser humano está antes o por encima de su esencia. Los representantes máximos de la ética existencialista son los filósofos Sören Kierkegaard, José Miguel de Unamuno y Jean Paul Sartre.

Sören Kierkegaard (1813-1855)

Para este filósofo, en el hombre ético es más valioso el deber que el amor, la ley moral que la religión, la existencia social que la divinidad. La existencia humana se explica a través de tres etapas: estético, ético y religioso. Considera que la existencia es la fundamental actividad del hombre, en donde se van articulando las ideas y las cosas. La existencia humana es actividad y movilidad por doquier.

Existir y Vivir

Existir o vivir equivale a elegir entre diferentes propósitos y objetivos. La existencia no es un estado, sino un permanente llegar a ser.

La Libertad según Sartre

En opinión de Sartre, el hombre está condenado a ser libre, es decir, los hombres no somos libres de dejar de ser libres. El hombre es íntegramente libre y enteramente responsable de sus actos, absolutamente incondicionado. Solo nuestros actos nos juzgan: son irreversibles.

Decía que los seres humanos somos una libertad que escoge, pero no escogen ser libres; están más bien condenados a la libertad.

“Yo estoy obligado a desear, al mismo tiempo que mi libertad, la libertad de los otros. El hombre es lo que él hace de sí mismo.”

Por lo tanto, afirmaba Sartre, nuestra ética debe consistir en querer ser libres, en serlo nosotros y en querer que los demás lo sean: obrar en todo momento para que esta libertad se realice de modo efectivo.

La Angustia de la Libertad

La angustia, según Sartre, proviene de que el hombre no es sino que se hace y, al hacerse, asume responsabilidad, porque se resuelve en actos absolutamente suyos y libres.

John Rawls (1921-2002)

El filósofo norteamericano John Rawls fue profesor de Filosofía Política en la Universidad de Harvard. Su libro más citado es "Teoría de la Justicia". Rawls nos habla de una situación ideal de imparcialidad que podemos traducir como "posición originaria". Esta situación es un ideal que nos debe servir de criterio de actuación en el procedimiento a seguir cada vez que nos reunamos para negociar modos de convivencia, tanto desde las instituciones políticas como en las asociaciones de ciudadanos diversas o entre pequeños grupos de personas.

Definiendo la Posición Originaria

Dicho ideal es aplicable cuando queremos dotarnos de unos mínimos morales básicos para todos. ¿Cómo definir esta "posición originaria"? Debemos imaginarnos como si estuviéramos en el principio de los tiempos y fuéramos los primeros hombres y mujeres de la historia. En ese caso, sin pasado alguno, ni a nivel colectivo, ni a nivel personal, no tendríamos estatus sociales previos, no habría situaciones de privilegio previas heredadas. Aún más, ni siquiera sabríamos si somos más listos o más guapos que los demás, pues estaríamos en una especie de momento cero de nuestra vida personal.

El Velo de Ignorancia

Para ayudar a imaginar esto, Rawls propone que pongamos un cierto "velo de ignorancia" sobre la situación real y actual que cada uno tiene en las negociaciones tal como efectivamente se dan. Para establecer, por tanto, estos mínimos morales básicos equiparables a todos los hombres y mujeres (los fundamentos morales de los derechos humanos), toda persona, en la convivencia con los demás, ha de poner un paréntesis en la tendencia egoísta de aprovecharse de situaciones de ventaja, ya sean naturales (mayor fuerza, ingenio, etc.) o sociales (extracción social, éxito económico, etc.).

Hay que recalcar que esta "posición originaria" (y el consiguiente "velo de ignorancia") es un artificio mental que deberíamos aplicar a modo de compromiso moral. A partir de ahí, todos actuaríamos, en un diálogo constructivo, asegurándonos mutuamente la libertad básica y la igualdad fundamental de oportunidades para desarrollar, en nuestras vidas personales, todas las singularidades naturales y sociales conciliables con unas libertades y unas igualdades básicas generalizadas.

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