Ética en el Helenismo y el Cristianismo: Epicureísmo, Estoicismo e Intelectualismo Tomista

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Helenismo

Helenismo: Período histórico que abarca desde la caída de Atenas hasta la conquista de Egipto. Las filosofías de esta época comparten la circunstancia histórica de la desaparición de la polis como forma de organización. Surge una ética más individual, donde los filósofos se ofrecen como maestros y conocedores del arte de ser feliz.

Epicureísmo

Epicureísmo: Fundado por Epicuro. Próximo intelectualmente a los atomistas griegos, sostiene que la realidad es exclusivamente material. Las cosas están compuestas de átomos que se mueven. Sus movimientos no están rígidamente definidos, describen ligeros movimientos, lo que da margen para el azar y la libertad. No existe nada fuera del hombre que rija o dirija su vida a un fin determinado.

Los dioses existen, pero los hombres tienen falsas creencias sobre su naturaleza, como pensar que les mandan premios o castigos. Esto para Epicuro es falso, es una idea que hay que desterrar porque produce temor y, por tanto, infelicidad. No hay que temer a los dioses ni a la muerte: cuando nosotros no estamos, ella no existe, y cuando ella está, nosotros ya no existimos para sufrir.

La ataraxia es el estado de quien no teme a los dioses ni a la muerte. La felicidad se consigue mediante el placer; es preferible elegir los duraderos y estables a los fugaces y pasajeros. Considera la amistad como el máximo placer del que puede gozar el ser humano.

Estoicismo

Estoicismo: La principal y más influyente corriente filosófica del Helenismo. Continúa su fuerte influencia con el Cristianismo. La base teórica de la ética reside en su afirmación de que todo en la naturaleza está sujeto a una ley universal. Nada puede escapar a la necesidad de la naturaleza. El resultado es el orden establecido o el destino, que, en cuanto dirige todo a su fin, es providencia.

La finalidad del hombre es vivir en conformidad con la naturaleza. Los bienes y los males no deben ser buscados ni evitados. El ideal es la apatia, que consiste en la liberación de las cosas que puedan afectarnos: placer, aversión, deseo y miedo. Se consigue usando la razón.

La virtud consiste en la comprensión del valor de las cosas. Es esencial para la felicidad.

Ética Cristiana

Ética Cristiana: El cristianismo es una religión que presenta una concepción de Dios como creador y padre providente que ofrece la salvación al hombre en la persona de Jesús de Nazaret. El contenido ético fundamental es el mandato del amor: amor a Dios, pero, casi en el mismo nivel, a los demás.

Intelectualismo Tomista

Intelectualismo Tomista: Representado por Santo Tomás de Aquino, sigue el intelectualismo de la filosofía griega. El objeto de la actividad moral es alcanzar la perfección que corresponde a la naturaleza humana. Considera que el hombre tiende naturalmente a la felicidad y el análisis de la naturaleza humana nos permite conocer las normas morales que deben regir la conducta humana para alcanzarla.

El fundamento último del orden moral es la ley eterna o designio de Dios sobre todos los seres. La ley natural es el reflejo de esta y el modo como el ser humano participa en ella por medio de su conocimiento. La ley natural es universal e inmutable. El principio moral precepto es: haz el bien, evita el mal. Es bueno todo aquello que la razón descubre como propio del ser humano. Cada cosa obra según es, y a esa manera de obrar se llama natural. Todo en la naturaleza obra por un fin.

La felicidad que el ser humano puede conocer y alcanzar es la perfección o felicidad natural. Para conocer y conseguir esto, la razón necesita la ayuda de la fe, porque la felicidad completa solo la puede encontrar el ser humano en Dios.

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