Ética Kantiana: Dignidad Humana, Derechos y Libertad Racional

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Kant: Fundamentos de la Ética

Kant propone una ética basada en el respeto a la dignidad humana y los derechos. Considera que todos los seres humanos poseen dignidad como personas y no deben ser tratados como medios para fines colectivos. Se puede ser utilitarista y defender los derechos humanos por el beneficio a largo plazo que ofrecen. Sin embargo, el fundamento de los derechos según los liberales es la libertad individual, que prohíbe usar a las personas como meros medios para el bienestar de otros. Kant ofrece una teoría basada en la dignidad humana como fundamento de los derechos. Su enfoque va más allá de la utilidad o la propiedad individual, centrándose en nuestra racionalidad y merecimiento de respeto. Su filosofía influyó en las revoluciones americana y francesa y sigue siendo relevante en debates sobre derechos humanos y libertad, rechazando acciones que atenten contra la dignidad humana.

Crítica al Utilitarismo

Kant rechaza el utilitarismo, argumentando que el placer compartido no garantiza la moralidad. Los intereses y deseos son variables y no pueden ser base para principios morales universales. La felicidad es subjetiva y ser bueno es diferente de buscar la propia felicidad, ya que a veces implica sacrificios.

La Razón como Fundamento de la Moral

De este modo, ni los deseos ni Dios pueden fundamentar la moral, según Kant. La razón, no el temor al castigo divino, nos obliga a hacer el bien. La libertad racional implica actuar con respeto hacia la dignidad de todos. Aunque los humanos sienten placer y dolor, la razón debe guiar nuestras acciones más allá de estos impulsos para alcanzar la verdadera libertad.

Libertad y Autonomía

LIBERTAD

Actuar para satisfacer necesidades no es libertad, según Kant, ya que alguien más decide por nosotros. Los gustos, como lo dulce, son impuestos por la naturaleza o la sociedad. Actuar siguiendo estos deseos es obedecer, no ser autónomo. La verdadera libertad implica actuar según nuestras propias normas, no por impulsos externos. Según Kant, actuar heterónomamente es dejar que otros decidan por nosotros, lo opuesto a actuar autónomamente. La heteronomía implica seguir leyes externas, como la gravedad que rige la caída de una piedra. En este caso, no hay libertad ni responsabilidad. Sin embargo, los humanos pueden elegir y darse a sí mismos leyes morales autónomas. Kant cuestiona la concepción común de libertad como la capacidad de seguir nuestros deseos. Argumenta que si no elegimos nuestros deseos, ¿cómo podemos ser libres al intentar satisfacerlos? Para él, la libertad radica en seguir normas racionales que determinan nuestros propios fines.

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