Ética y Política en Aristóteles: Bien Supremo, Felicidad y Virtud

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Textos Ética Nicómaco

Libro I, Capítulo 2, 194a-194b: La Ética como Parte de la Política

1. Identifica y explica de manera argumentada las ideas y el problema filosófico fundamentales del texto.

Ideas fundamentales:

  • El bien supremo como fin último
  • La conexión entre conocimiento y vida práctica
  • La política como ciencia suprema
  • El bien colectivo sobre el bien individual

Manera argumentada:

El texto plantea el problema del bien supremo como fin último de la vida humana, un objetivo deseado por sí mismo y que da sentido a todas las acciones, evitando la regresión infinita de deseos. Este bien, identificado con la felicidad (eudaimonia), guía la vida práctica y debe conocerse para orientar las elecciones adecuadamente. Aristóteles sostiene que la política es la ciencia suprema, ya que organiza las demás disciplinas y busca el bien común, integrando el bienestar individual y colectivo. Al superar al bien personal, el bien de la comunidad se considera más grande y perfecto.

En Platón, el bien supremo es la Idea del Bien, la forma más elevada en su teoría metafísica. Ambos filósofos coinciden en que la política es clave para alcanzar el bien colectivo, aunque Aristóteles lo aborda de forma práctica y realista, mientras Platón propone un sistema idealista basado en la justicia y la especialización social.

Problema filosófico:

La política es la disciplina a la que se corresponde el conocimiento del bien supuesto, también llamada felicidad.

Libro I, Capítulo 4, 195a-195b: Divergencias acerca de la Naturaleza de la Felicidad

1. Identifica y explica de manera argumentada las ideas y el problema filosófico fundamentales del texto.

Ideas:

  • Todo conocimiento y elección tienden a un bien.
  • La meta de la política es el bien supremo.
  • La felicidad es el fin último de la vida humana.

Manera argumentada:

El texto plantea que todo conocimiento y acción humana persiguen un bien, siendo la felicidad el fin último de la vida y el objetivo supremo de la política. Aunque hay consenso sobre su importancia, existen discrepancias en cuanto a su definición: algunos la identifican con placeres tangibles como la riqueza o los honores, mientras que otros la consideran un “bien en sí” trascendente. Aristóteles aboga por un enfoque metodológico que parta de lo cercano y accesible al conocimiento humano, pues la experiencia y las costumbres adecuadas son esenciales para comprender y alcanzar el bien. Además, destaca la importancia de la educación moral como base para desarrollar virtudes y principios sólidos. Finalmente, siguiendo a Hesíodo, establece una jerarquía en las capacidades humanas, valorando a quienes comprenden por sí mismos o saben seguir buenos consejos, en contraposición a quienes carecen de estas cualidades y se consideran inútiles para el bien común.

Problema filosófico:

El problema filosófico subyacente es el de la fundamentación del bien y de la felicidad como fines últimos de la vida humana. Aristóteles confronta la diversidad de opiniones sobre lo que constituye el bien, desde perspectivas populares hasta las reflexiones más abstractas de los sabios. Además, vincula esta búsqueda del bien con la política, considerando que esta disciplina tiene como objetivo el logro de la felicidad colectiva.

Libro I, Capítulo 8, 198b-199b: La Felicidad como Actividad de Acuerdo con la Virtud

1. Identifica y explica de manera argumentada las ideas y el problema filosófico fundamentales del texto.

Ideas:

  • Estudio de la felicidad a partir de lo que se dice que es.
  • Los bienes del alma son los que deberemos considerar.

Forma argumentada:

Aristóteles define la felicidad como el bien supremo y el objetivo más elevado de la vida humana, alcanzado a través de actividades virtuosas del alma. La felicidad no se encuentra en posesiones materiales ni en estados pasivos, sino en la acción continua y deliberada conforme a la virtud, que es intrínsecamente buena, bella y placentera. Para Aristóteles, estas acciones virtuosas no solo son moralmente correctas, sino que también generan satisfacción y sentido en quienes las realizan, ya que el placer está ligado naturalmente a la práctica del bien.

Sin embargo, aunque la virtud es el núcleo de la felicidad, Aristóteles reconoce que ciertos bienes externos, como la riqueza, la amistad o la buena fortuna, son necesarios como instrumentos para posibilitar una vida plena. Estos bienes no definen la felicidad, pero su ausencia puede dificultar la realización de una vida virtuosa y, por ende, la consecución del bien supremo.

Justificación de Aristóteles

El análisis del texto de Aristóteles en el contexto de su filosofía y su comparación con Platón ofrece una comprensión profunda de cómo ambos filósofos abordaron temas fundamentales como la naturaleza humana, la política, la virtud y el concepto de Bien.

1. La Naturaleza del Hombre y la Sociedad

En el texto, Aristóteles define al hombre como un zóon politikón (animal político) porque es el único ser que posee logos (palabra o razón), lo cual le permite distinguir entre lo justo y lo injusto. Esta capacidad convierte la vida en comunidad en una necesidad natural, no meramente convencional.

Por su parte, Platón también considera al hombre como un ser social, pero desde una perspectiva idealista. En La República, Platón explica que la ciudad es una representación del alma humana y que la justicia en la sociedad es un reflejo del orden interno del alma.

Para Platón, la sociedad no surge solo de la necesidad de sobrevivir, sino para alcanzar el Bien, que es la máxima realidad. La diferencia esencial es que Aristóteles considera que la polis es el fin natural del desarrollo humano, mientras que Platón ve la sociedad como un reflejo de un orden cósmico más elevado.

2. El Concepto del Bien

El Bien es central en la filosofía de Platón, quien lo describe como una Idea suprema, fuente de todas las demás realidades. En La República, Platón clasifica tres tipos de bienes. Estos bienes están jerarquizados, siendo los bienes del alma los más importantes, pues permiten alcanzar el Bien absoluto a través del conocimiento de las Ideas.

En contraste, Aristóteles considera el Bien desde un enfoque más práctico y teleológico. En su Ética a Nicómaco, identifica el Bien Supremo con la eudaimonía (felicidad), definida como una actividad del alma conforme a la virtud. Aunque reconoce la importancia de los bienes exteriores, considera que estos son solo medios para facilitar la vida virtuosa, no fines en sí mismos. Por tanto, mientras Platón eleva el Bien a una realidad metafísica, Aristóteles lo integra en la vida cotidiana y en la acción ética.

3. La Virtud: Semejanzas y Diferencias

Ambos filósofos coinciden en que la virtud es fundamental para alcanzar el Bien, pero la definen de maneras distintas:

  • Platón: La virtud es el equilibrio entre las tres partes del alma (racional, irascible y concupiscible). La justicia se alcanza cuando cada parte del alma cumple su función sin interferir en las demás. Platón distingue cuatro virtudes cardinales:
    1. Sabiduría (propia de la razón).
    2. Coraje (propio del espíritu o parte irascible).
    3. Moderación (armonía entre las partes del alma).
    4. Justicia (equilibrio entre todas las partes).
  • Aristóteles: La virtud es un hábito que se alcanza mediante la práctica constante, siguiendo el término medio entre dos extremos viciosos. Por ejemplo, la valentía es el término medio entre la cobardía y la temeridad. Además, Aristóteles distingue entre:
    1. Virtudes éticas (como la justicia, la templanza o la fortaleza), que regulan las emociones.
    2. Virtudes intelectuales (como la sabiduría, la prudencia y el entendimiento), que perfeccionan el intelecto.

Ambos filósofos coinciden en que la virtud es necesaria para lograr la felicidad, pero Platón enfatiza el conocimiento de las Ideas como medio para alcanzar la virtud, mientras que Aristóteles subraya la experiencia y la práctica en la vida cotidiana.

4. El Alma y su Relación con la Virtud

Platón y Aristóteles tienen concepciones diferentes sobre el alma y su relación con la virtud:

  • Platón: El alma es inmortal y preexistente al cuerpo. Según su teoría de la reminiscencia, expuesta en el Fedón, el conocimiento es el recuerdo de las Ideas que el alma contempló antes de nacer. La virtud, por tanto, consiste en recordar y aplicar este conocimiento.
  • Aristóteles: El alma es la forma del cuerpo, y su existencia está vinculada al cuerpo. Divide el alma en tres partes:
    1. Alma vegetativa (nutrición y reproducción).
    2. Alma sensitiva (percepción y deseo).
    3. Alma racional (pensamiento y decisión).

La virtud es una actividad del alma racional que se cultiva mediante la razón y la experiencia, no a través de la reminiscencia.

5. Educación y Política

En cuanto a la política, Platón propone en La República una sociedad jerárquica gobernada por filósofos-reyes, quienes poseen el conocimiento del Bien. Considera que solo los gobernantes sabios pueden garantizar la justicia, por lo que la educación es fundamental para formar a estos líderes.

Aristóteles, por el contrario, propone un enfoque más pragmático en su Política, distinguiendo varias formas de gobierno (monarquía, aristocracia y politeia) y sus desviaciones (tiranía, oligarquía y democracia). Para Aristóteles, el mejor gobierno es aquel que promueve el bien común, adaptándose a las circunstancias y fomentando la participación ciudadana.

Problema Ejercicio 3

El problema que Aristóteles presenta en el texto tiene una conexión clara con las ideas de Platón, especialmente en La República. Ambos filósofos exploran la relación entre el individuo, la comunidad y la justicia, aunque sus enfoques difieren en aspectos clave.

En La República, Platón también coloca la justicia como el fundamento central de la vida en sociedad. Según él, la ciudad ideal debe estructurarse mediante una división del trabajo, en la que cada individuo desempeñe el papel que le corresponde según su naturaleza. La justicia, tanto en la ciudad como en el alma, se alcanza cuando cada parte cumple su función de manera armónica, creando un equilibrio interno y externo.

Una similitud destacada entre Aristóteles y Platón es que ambos reconocen la relevancia de la comunidad para el desarrollo humano. Coinciden en que vivir en sociedad es esencial para que el ser humano logre su pleno potencial. Además, ambos consideran la justicia como el principio que mantiene unida a la comunidad y asegura su funcionamiento adecuado. Otra similitud es que tanto Platón como Aristóteles otorgan gran importancia al lenguaje y la educación. Platón destaca el diálogo filosófico como la herramienta principal para formar ciudadanos justos, mientras que Aristóteles subraya que el lenguaje permite al ser humano deliberar sobre lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo, que son fundamentales para la organización social.

Sin embargo, existen diferencias significativas entre los dos. Aristóteles cree que la sociabilidad del ser humano es natural; es decir, que el hombre está destinado a vivir en comunidad por su propia naturaleza. Por otro lado, Platón ve la sociedad como una construcción necesaria para satisfacer las necesidades humanas y alcanzar un ideal de justicia. Otra distinción importante es su enfoque: Aristóteles pone el énfasis en la polis como el espacio donde los individuos pueden desarrollarse virtuosamente, mientras que Platón se centra más en la estructura interna del alma, considerando la ciudad ideal como un reflejo de esa armonía interna que las personas deben lograr.

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