Ética de la Responsabilidad en la Era Tecnológica según Hans Jonas
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Hans Jonas y el Imperativo de la Responsabilidad
Hans Jonas, en su obra fundamental titulada "El principio de responsabilidad: Ensayo de una ética para la civilización tecnológica" (1995), explica que el ser humano posee una ilimitada capacidad de invención. A través de su necesidad de crear un refugio, el hombre ve la posibilidad de profanar la naturaleza para construir una civilización. No obstante, tradicionalmente se consideraba que estos elementos naturales —ya sea la tierra, el aire o el mar— no sufrían un daño real por parte del hombre, dado que se percibían como permanentes e inagotables.
La Dialéctica entre lo Permanente y lo Cambiante
Jonas explica que "la vida humana gira en torno a lo permanente: la naturaleza; y lo cambiante: sus propias obras" (p. 28). En este contexto, su obra más significativa es la creación de la ciudad. Mediante la instauración de leyes que se decide respetar, se genera una cierta permanencia; sin embargo, la naturaleza humana sigue su ciclo cambiante. Como especifica Jonas al hablar sobre la transitoriedad de las estructuras sociales: "Los Estados se levantan y caen, los imperios vienen y van, las familias prosperan y degeneran; ningún cambio es permanente" (p. 28).
La Ética en la Antigüedad: Un Enfoque Antropocéntrico
El autor sostiene que, antiguamente, sobre la naturaleza no existía una ética, sino solo inteligencia y capacidad de invención. Al ser lo "no humano", la naturaleza carecía de relevancia ética directa. En cambio, la relación de los hombres con sus semejantes se basaba estrictamente en la moralidad, incluyendo el trato hacia uno mismo. Se especifica, además, que la conducta moral estaba ligada al presente, pues su cumplimiento era inmediato. Ejemplo de ello son los mandamientos heredados: "Ama a tu prójimo como a ti mismo" o "No hagas a los demás lo que no desees que te hagan a ti" (p. 30).
El Actuar Ético y el Conocimiento
En este marco tradicional, se argumenta que para el actuar ético no es imperativo ser un científico o un filósofo; cualquier persona posee la facultad de saber qué debe hacer para ser bueno y honrado, aunque todos estén sujetos a equivocarse en su accionar.
El Giro hacia la Técnica Moderna y la Responsabilidad Global
Sin embargo, esta visión quedó anclada en la antigüedad ante el avance de la nueva técnica moderna, la cual se fundamenta en la responsabilidad. El cambio más radical reside en la valoración de la naturaleza: se ha descubierto que sí existen daños causados en sus elementos, lo que ha dado lugar a una ciencia de la investigación medioambiental.
La acción humana ha dado un vuelco cualitativo, asumiendo ahora la responsabilidad de hacerse cargo de la biosfera del planeta, ya que convivimos estrechamente con ella. En la actualidad, se aspira a una responsabilidad moral que trascienda el respeto por lo humano, otorgando relevancia a lo extrahumano. La naturaleza ha mostrado señales críticas y es nuestro deber ético escucharlas.