Evaluación del Sistema Inmune: Pruebas Diagnósticas Iniciales y Estudio de Linfocitos
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Pruebas Inmunológicas: Evaluación Inicial y Avanzada
Pruebas de Primera Etapa
Incluyen valoraciones generales del estado inmunológico y posibles alteraciones asociadas:
- Hemograma Completo: Se realiza el recuento de leucocitos y la comprobación de sus cifras absolutas. Permite observar:
- Alteraciones en el número de células sanguíneas.
- Alteraciones en el tamaño de las células sanguíneas.
- Presencia de inclusiones citoplasmáticas.
- Electroforesis de Proteínas Séricas: Esta técnica ofrece una visión general de la distribución de las proteínas séricas, así como la relación entre albúmina y globulinas, pudiendo indicar procesos inflamatorios o déficits de anticuerpos.
- Diagnóstico por Imagen: Estudios radiológicos como una radiografía de tórax o una Tomografía Axial Computarizada (TAC) pueden aportar información relevante sobre el tamaño y estado del timo, detectar alteraciones osteocondrales, abscesos en órganos internos, entre otros hallazgos.
Pruebas de Segunda Etapa: Estudio de Linfocitos
Los linfocitos son las células responsables de la inmunidad específica o adquirida, por lo que su estudio es fundamental en la valoración detallada del sistema inmune. Esta etapa incluye pruebas tanto de funcionalidad como de cuantificación de las distintas subpoblaciones linfocitarias.
Las principales áreas de estudio son:
- Técnicas de separación y aislamiento de linfocitos.
- Estudio de la funcionalidad de los Linfocitos B (LB).
- Estudio de la funcionalidad de los Linfocitos T (LT).
- Cuantificación de las subpoblaciones de linfocitos.
Estudio de la Funcionalidad de los Linfocitos B (LB)
Los linfocitos B pueden ser inducidos a dividirse y diferenciarse in vitro, lo que se utiliza para evaluar su capacidad funcional. Estas determinaciones in vitro buscan reflejar las respuestas inmunológicas que ocurren in vivo en el organismo del paciente.
La determinación de la producción de anticuerpos (Ac) es un parámetro clave para la evaluación de la funcionalidad de los LB y contribuye significativamente al diagnóstico de diversas inmunodeficiencias humorales. Se cuantifican los niveles séricos de las principales inmunoglobulinas: IgG, IgM e IgA. El método más habitual para esta cuantificación es la inmunodifusión radial, aunque también se emplea la turbidimetría.
Para la cuantificación de anticuerpos específicos (por ejemplo, post-vacunación o frente a autoantígenos), la técnica de elección es el método ELISA (Ensayo por Inmunoabsorción Ligado a Enzimas) indirecto. Adicionalmente, se puede determinar la presencia de inmunoglobulinas (Ig) en los sobrenadantes procedentes de cultivos in vitro de linfocitos previamente estimulados con antígenos (Ag) o mitógenos, utilizando también la técnica ELISA.
Cuantificación de Linfocitos
Se emplean diversas técnicas para determinar el número absoluto y relativo de las diferentes subpoblaciones linfocitarias:
1. Citometría de Flujo (Técnica de elección)
Permite la cuantificación precisa y simultánea de múltiples subpoblaciones linfocitarias en una muestra de sangre periférica u otros fluidos biológicos. Se emplean anticuerpos (Ac) monoclonales marcados con fluorocromos, específicos contra marcadores de superficie celular (CD, Cluster of Differentiation):
- CD3+: Linfocitos T totales
- CD4+: Linfocitos T colaboradores (LTh)
- CD8+: Linfocitos T citotóxicos (LTc)
- CD19+ o CD20+: Linfocitos B (LB)
- CD16+/CD56+: Células Natural Killer (NK)
2. Técnica de Formación de Rosetas E
Es una técnica histórica. Los Linfocitos T (LT) humanos poseen en su superficie la molécula CD2, que permite su unión espontánea in vitro a eritrocitos de carnero, formando agrupaciones características denominadas rosetas E. Solo los LT viables forman estas rosetas, permitiendo una estimación de su número.
3. Prueba de Citotoxicidad Mediada por Células (Liberación de Cromo-51)
Se emplea clásicamente para la determinación de la funcionalidad citotóxica de los Linfocitos T CD8+ (LTc). La técnica se basa en la capacidad de los LTc de lisar células diana que expresan un antígeno (Ag) específico reconocido por ellos. Las células diana se marcan previamente con un isótopo radiactivo, el 51Cr. Cuando el Ag es reconocido por el receptor del LTc, se induce la lisis de la célula diana. Esto provoca la liberación del 51Cr al medio de cultivo, y la radiactividad liberada se mide en un contador gamma, siendo proporcional a la actividad citolítica. El uso de material radiactivo es un inconveniente importante de esta técnica, siendo reemplazada progresivamente por métodos no isotópicos basados en citometría de flujo o liberación de enzimas.