Evolución del Arte Moderno: Romanticismo, Realismo y Postimpresionismo

Clasificado en Plástica y Educación Artística

Escrito el en español con un tamaño de 3,24 KB

Romanticismo

El Romanticismo nace y se extiende por toda Europa como consecuencia de las ideas revolucionarias de fines del siglo XVIII. Este movimiento destaca aspectos del arte medieval que habían caído en el olvido, por ejemplo, el gusto por el estilo gótico y por los textos poéticos de la Edad Media. El Romanticismo considera al sentimiento y a la pasión por encima del razonamiento, y libera la fantasía en contraposición al orden de la estética clásica. Sus composiciones son dinámicas, a menudo representando dos fuerzas que se oponen y luchan violentamente. Abundan lo fantástico, lo novelesco, lo desconocido y la locura.

Representantes destacados incluyen a Géricault y Delacroix. En el Romanticismo, el paisaje se espiritualiza. La acuarela, por su fluidez, luminosidad y transparencia, fue la técnica que mejor sirvió a los artistas ingleses para representar todas estas características del paisaje.

Realismo

A mediados del siglo XIX, con el avance de la ciencia y de la industria, el pensamiento de la época se dirigió hacia el progreso, la investigación y la observación de la realidad. Partiendo de Francia, si bien la estética realista no es exclusiva de este momento histórico, se conoce como Realismo, en pintura, al movimiento que se interpone entre el Romanticismo y el Impresionismo.

Postimpresionismo

De la corriente Postimpresionista surgieron varios movimientos que, tomando algunos de sus principios como punto de partida, se desarrollaron luego en distintos sentidos, iniciando el camino del arte moderno. Paul Cézanne tomó de estos últimos el sentido del color, pero no aceptó en su pintura la yuxtaposición de tonos que desvanecen las formas; por el contrario, las perfila.

El Divisionismo

El Divisionismo trata de aplicar con rigor científico las leyes ópticas que los impresionistas aplicaban por intuición. Una de ellas, la ley de contraste simultáneo, descubre el máximo contraste y la íntima dependencia que existe entre tonos complementarios. Al igual que los impresionistas, los divisionistas no mezclaban el color en la paleta, pero sus pinceladas se redondearon y se redujeron a puntos de color puro (puntillismo). Al ser observados a distancia, estos puntos producían en la retina las mezclas buscadas.

En cuanto a la línea y el color, las líneas descendentes, los valores oscuros y los colores fríos expresaban tristeza, mientras que las líneas ascendentes, los valores claros y los colores cálidos expresaban alegría.

Entradas relacionadas: