Evolución Artística y Social en España: Románico, Gótico, Renacimiento y Desamortización
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Diferencias entre el Arte Románico y el Arte Gótico
El arte románico, que abarca los siglos XI al XIII, es un estilo religioso surgido de un periodo de intensa espiritualidad. Su legado se encuentra grabado principalmente en iglesias y monasterios. Este arte buscaba inspirar el temor de Dios y sobrecoger el alma del devoto. Entre sus elementos característicos, destacan:
- Las bóvedas de cañón y de arista.
- La escasez de ventanas, lo que resultaba en interiores oscuros.
Por otra parte, el arte gótico, a diferencia del románico, emerge como consecuencia del aumento de la población y la revolución urbana de los siglos XII y XIII. En este estilo, la catedral se convierte en el edificio emblemático, simbolizando el racionalismo y una visión más humanizada de la religión cristiana, así como la riqueza y el poder de la burguesía. A diferencia del arte románico, en el gótico sobresalen las vidrieras y la abundancia de luz, y los templos son notablemente más altos, integrando la luz como un elemento cristiano fundamental.
Características Clave del Renacimiento
Entre las características más destacadas del Renacimiento, encontramos:
- El retorno a la medida humana: Se busca el equilibrio entre dimensiones y proporciones, priorizando la horizontalidad sobre la verticalidad gótica y mostrando un renovado interés por el cuerpo humano.
- El sentido unitario de la obra: La creación artística se concibe para ser percibida por el espectador de forma global y cohesionada.
- La figura del artista: El artista renacentista es un individuo culto, cosmopolita, crítico y con una fuerte personalidad, que busca activamente el reconocimiento de su labor.
La Desamortización de Mendizábal (1836)
La desamortización impulsada por Juan Álvarez Mendizábal en 1836 tuvo consecuencias trascendentales para la historia económica y social de España. Inicialmente, los terrenos desamortizados por el gobierno se limitaron a los pertenecientes al clero regular. Esta medida llevó a la Iglesia a excomulgar tanto a los expropiadores como a los compradores de las tierras, lo que disuadió a muchos de adquirirlas directamente, optando en su lugar por intermediarios o testaferros.