La Evolución del Compromiso en la Obra Poética de Miguel Hernández
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El Compromiso Social y Político en la Poesía de Miguel Hernández
La obra de Miguel Hernández y su poesía no pueden desvincularse de su profundo compromiso social y político. La Guerra Civil Española no debe interpretarse como un hecho que interrumpió el desarrollo de su poesía, sino que, por el contrario, le sirvió para dejar a un lado la contemplación y mirar y comprender las injusticias del mundo.
En su juventud, sus preocupaciones son exclusivamente literarias, como se evidencia en obras como Perito en lunas, mostrando su gran dominio de la técnica. Sin embargo, a partir de 1935, inicia una etapa de poesía impura con las primeras protestas sociales, una poesía que define la libertad y los valores. Aunque en El rayo que no cesa el tema principal es amoroso, su trayectoria posterior se inclina hacia el compromiso.
Biografía y Contexto del Compromiso
Miguel Hernández, ya desde pequeño, vivió el sufrimiento de los explotados, por lo que él se sentía parte del pueblo oprimido y responsable de su liberación, puesto que poseía la poesía como herramienta. De joven, se alista en el Quinto Regimiento, estando presente en las más duras batallas. Entre otras cosas, participa en actividades de Altavoz del Frente. Su poesía se convierte en un arma de denuncia y lucha. Durante este periodo, escribe obras fundamentales como Viento del pueblo, El labrador de más aire y breves piezas de Teatro en la guerra. Tras la derrota republicana, Miguel Hernández es apresado y condenado a muerte.
Manifestaciones del Compromiso en su Obra
En cuanto a su compromiso en su dimensión literaria, se muestra especialmente en:
Viento del pueblo (1937)
En esta obra, Miguel Hernández se entrega por completo a la causa republicana. Contiene poesía recitada para animar a los soldados, con una marcada oralidad en muchos poemas y el uso de recursos populares como el romance y el octosílabo. Este compromiso se aprecia especialmente en poemas como Jornaleros:"Ellos, ellos nos traen una cadena de cárceles, miserias y atropellos"
Algunos de los poemas de este libro son de contenido bélico, en los que la calidad poética se sacrifica en favor de la exaltación de los sentimientos del poeta (soldado), como en Pasionaria, Rosario, dinamitera o Elegía 2ª; en otros, anima al pueblo. Lo más destacado de este libro es el sentimiento de solidaridad que experimenta, que hace que se entregue al pueblo; el poeta se funde con el pueblo y la tierra, como expresa en el célebre verso:"Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me avenan la gargant".
El pueblo, en este libro, está representado por los campesinos, obreros, luchadores y, simbólicamente, por leones, águilas... También se expresa la descripción de la pobreza del campesinado, con la que pretende luchar contra las injusticias sociales. Ej.: El niño yuntero:"Carne de yugo, ha nacido más humillado que bello, con el cuello perseguido por el yugo para el cuello" Ej.: Aceituneros.
En resumen, es un libro de guerra y circunstancias que no carece de valor literario, un libro de esperanza. El compromiso de Miguel Hernández es con un mundo futuro en el que los humildes disfruten de su tierra y de paz.
El hombre acecha (1938)
Este es el segundo libro de guerra de Hernández, publicado en 1938. En él, se pierde la esperanza y el aliento épico. Trata lo peor de la guerra: heridos, muertos, frío, hambre, crueldad... El tono es más íntimo y reflexivo ante el desastre de la guerra, con un marcado pesimismo. Lo más destacable de la obra es el cansancio de la guerra larga, de la que el hombre ya no se puede desprender; el amor queda anulado por la violencia y la crueldad, como se refleja en el verso:"Ha regresado el tigre, aparta o te destrozo, hoy el amor es muerte y el hombre acecha al hombre"
Los temas recurrentes son las imágenes de la dureza de la guerra. Ej.: El soldado y la nieve o El tren de los heridos. El compromiso en esta obra cambia, volcándose hacia la compasión por el sufrimiento de sus compañeros. El espíritu de lucha sigue presente como una reivindicación (El hambre). Otros poemas son satíricos, de gran violencia e insultos (Los hombres viejos). El viaje a la URSS tuvo su reflejo en su poema Rusia.
Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941)
En Cancionero y romancero de ausencias, Miguel Hernández vuelve al intimismo, con lo que el compromiso social y político se atenúa. Solo hay pequeñas referencias a la guerra. También en Tristes guerras y Guerra, en los que trata la tristeza de la muerte:"Tristes guerras si no es amor la empres". El compromiso en esta obra se vuelca en lo personal, en su familia. El compromiso político, en gran medida, desaparece.