Evolución del Concepto de Ciudadanía: De la Monarquía al Contrato Social

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Ciudadanía Moderna

En la era de la ciudadanía moderna, el poder reside en el monarca y el modelo político dominante es la monarquía absoluta, dando lugar a la teoría soberanista. El ciudadano es considerado un súbdito, cuya principal característica es la obediencia y el reconocimiento hacia su príncipe. A cambio, el príncipe ofrece tutela, justicia y defensa a su súbdito. La ciudadanía concede derechos de protección, lo que favorece la aparición de la sociedad civil.

Teorías Contractualistas

Teoría Absolutista (Hobbes)

Thomas Hobbes plantea que el Estado es el resultado del contrato de comunidad, donde el ser humano cede su libertad a una entidad superior. Para Hobbes, el ser humano es antisocial y egoísta, tendiendo a satisfacer sus propios intereses. El Estado aparece como un poder total y absoluto, que dicta las leyes y la moral, siendo un instrumento necesario para garantizar la paz y la concordia entre los individuos.

Teoría Liberal (Locke)

John Locke argumenta que la sociedad, en su origen, se encontraba en el estado de naturaleza, donde los seres humanos gozaban de ciertos derechos naturales. Para garantizar una vida digna y pacífica, ceden sus derechos a un grupo de soberanos. Sin embargo, tal cesión no es perpetua ni irrevocable. Locke reconoce el derecho a la rebelión si el soberano no cumple con lo pactado en el contrato social. Esto lleva a la democracia liberal, donde los individuos eligen a sus gobernantes periódicamente, quienes garantizan el orden social y el respeto de los derechos. El Estado se estructura en tres poderes: legislativo, ejecutivo y federativo.

Teoría Soberanista (Rousseau)

Jean-Jacques Rousseau destaca por su concepto de soberanía: el derecho a gobernar depende de la voluntad general de los gobernados. La soberanía se traslada al conjunto de la comunidad política. El estado de naturaleza se caracteriza por la libertad, la igualdad y la bondad. Sin embargo, la sociedad corrompe a los humanos, lanzándolos a una competencia mutua, aunque garantiza ciertas necesidades básicas. Por lo tanto, en un Estado social debe existir un acuerdo entre ciudadanos para mitigar las consecuencias de una sociedad corruptora. Surge la necesidad de un contrato social, un pacto que elimina los egoísmos individualistas. El modelo político resultante sería la democracia directa.

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