Evolución del Concepto del Ser Humano: De Platón a los Maestros de la Sospecha
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En la filosofía antigua, Platón sostiene un dualismo antropológico, considerando al hombre como una unión de alma y cuerpo, donde el alma tiene primacía sobre el cuerpo. Divide el alma en partes: racional, irascible y concupiscible, buscando la armonía para alcanzar la justicia y la felicidad. Aristóteles, discípulo de Platón, también reconoce el alma, pero critica el dualismo, afirmando la unidad sustancial de cuerpo y alma. Destaca la importancia de la capacidad intelectiva y la voluntad, introduciendo el concepto de virtud como hábito bueno formado por la repetición de actos, en contraste con la contemplación propuesta por Platón.
Filosofía Medieval: Alma, Cuerpo y la Búsqueda de Dios
En la filosofía medieval, San Agustín expone una concepción dualista del ser humano, siendo el alma inmortal en un cuerpo corruptible. Destaca la importancia de la memoria, la inteligencia y la voluntad para buscar el amor y la felicidad en Dios. Defiende el libre albedrío, pero sostiene que el pecado original requiere la gracia para obrar bien. Santo Tomás de Aquino, siguiendo la unidad sustancial, distingue tres facultades del alma: vegetativa, sensitiva y racional. Propone una visión teleológica, donde el desarrollo perfecto del alma lleva a la contemplación de Dios y alcanza la felicidad en la otra vida.
La Antropología Dualista de Descartes en la Filosofía Moderna
En la filosofía moderna, Descartes establece una antropología dualista basada en su concepción ontológica. Divide al ser humano en sustancia extensa (cuerpo, sujeto a leyes físicas) y sustancia pensante (alma o yo, regida por leyes del pensamiento). La glándula pineal vincula estas dos sustancias. El alma racional diferencia a los humanos de los animales, considerados autómatas. Descartes aboga por que el hombre, guiado por la razón, supere las pasiones para alcanzar progresivamente la libertad y el control de su voluntad.
Los Maestros de la Sospecha y la Filosofía Contemporánea
En la filosofía contemporánea, Paul Ricoeur identifica a Marx, Freud y Nietzsche como "maestros de la sospecha". Marx sostiene que la esencia humana se define por el trabajo y critica la alienación en la sociedad capitalista. Nietzsche enfatiza el vitalismo, centrando la comprensión del ser humano en la vida plena y criticando la prioridad dada a lo espiritual. Freud, aunque no filósofo, aporta al psicoanálisis, explorando el inconsciente y la influencia de deseos reprimidos. Estos pensadores cuestionan las explicaciones tradicionales, revelando aspectos ocultos que influyen en el comportamiento humano.