La Evolución del Concepto de Persona y Derechos Humanos en la Filosofía Occidental
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La Evolución del Concepto de Persona y el Valor Humano
El descubrimiento del individuo-persona y del valor intrínseco de la persona humana ha sido un pilar fundamental en el desarrollo del pensamiento filosófico y ético. Diversas corrientes y momentos históricos han realizado aportaciones imprescindibles en esta tarea:
Aportaciones Clave al Concepto de Persona
El Cristianismo
Aportó dos novedades fundamentales respecto a las concepciones clásicas de la libertad:
- El valor intrínseco de la persona, creada a imagen y semejanza de Dios.
- La concepción del carácter limitado del poder político, expresada en la máxima: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, estableciendo una distinción crucial entre los ámbitos público y privado.
El Renacimiento
Que aportó:
- La autoafirmación de los valores individuales y personales.
- Los valores del humanismo, con sus fuerzas motoras: la libertad de conciencia y la preocupación por el ser humano (filantropía).
La Doctrina de los Derechos Naturales o Iusnaturalismo (siglo XVII)
La Escuela del Derecho Natural postula que, antes de la constitución de cualquier sociedad humana, el ser humano se hallaba en un estado de naturaleza donde no existía autoridad alguna. En este estado, gozaba de plena libertad y de la totalidad de sus derechos naturales. En un momento dado, los individuos deciden asociarse para fundar una comunidad civil y políticamente organizada: este es el momento del Pacto o Contrato Social.
El Tránsito del Estado de Naturaleza a la Sociedad Organizada: Hobbes y Locke
¿Qué supuso el tránsito del estado de naturaleza a la sociedad constituida y organizada? Dos figuras clave del iusnaturalismo moderno ofrecieron perspectivas contrastantes:
Thomas Hobbes
En su obra El Leviatán (1651), Capítulo 17, Hobbes argumenta que el estado de naturaleza es un estado de guerra de todos contra todos, que ha derivado en una completa anarquía. El Pacto Social, por tanto, se establece para garantizar la paz y la seguridad. Este pacto exige una renuncia total e irrevocable de las libertades individuales en favor del Soberano. Hobbes parte de una concepción negativa del estado de naturaleza y reclama un poder absoluto y autoritario para el Soberano o Monarca. Esta visión refleja la necesidad de la clase media de la época de situarse bajo la protección de un poder fuerte, y se asocia a la conciencia del egoísmo ilustrado que busca la paz a través de la seguridad individual.
John Locke
En su obra Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil (1690), Capítulo 7, Locke sostiene que el estado de naturaleza, aunque generalmente pacífico y feliz, conlleva riesgos inciertos debido a los deseos desconocidos y arbitrarios de otros individuos. El Pacto Social, en este caso, se establece para proteger y garantizar el conjunto de derechos y libertades innatos. Este pacto exige la cesión de los poderes legislativo y judicial al Estado para que este reconozca, conserve, garantice y salvaguarde los derechos innatos (principalmente la libertad y el derecho a la propiedad), pero de una manera revocable. Locke postula que los derechos del ser humano no son creados por el Estado, sino que son anteriores a él, y por ello, reclama la concepción liberal del Estado y el parlamentarismo. Esta perspectiva se enmarca en una época (1688), la de la Revolución Gloriosa, en la que la clase media se sentía lo suficientemente fuerte como para reivindicar el poder.