Evolución Demográfica de España: Transición de una Pirámide a un Perfil Envejecido
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Si se compara la distribución por edades de la población española del año 1887 con la correspondiente al año 2008, se hace patente el estrechamiento de las edades comprendidas entre 0-19 años, el aumento del tronco central de la pirámide y el gran desarrollo de las edades superiores, a partir de los 70 años. Este cambio supone la inversión de la curva demográfica: disminuye la población joven y aumenta la población de 65 años y más.
Si se considera la distribución de la población por sexos, en 2008 el 50,6% del total de la población eran mujeres, y el 49,4% varones. Hasta la actualidad, ha sido un fenómeno general que nacieran más hombres que mujeres, pero también que hubiera más mortalidad infantil en el caso de los varones, y que su número disminuyera a causa de guerras y accidentes de trabajo, o por una tasa más elevada de mortalidad. Hoy en día siguen naciendo más hombres, pero se ha reducido su mortalidad infantil. También la inmigración es mayoritariamente masculina.
El Envejecimiento de la Población
En cualquier sociedad es un proceso inevitable y deseable, porque está relacionado con una mayor calidad de vida. La causa de este envejecimiento es doble: por la baja natalidad y por el aumento de la esperanza de vida de la población, debido al descenso de la mortalidad. En este envejecimiento influye el peso económico y la disponibilidad de servicios sociales y sanitarios.
Pero a mediados del siglo XIX, la situación de la mujer en Occidente empezó a cambiar, lo que acabó afectando a la sociedad. Las mujeres a lo largo de este proceso reivindicaron su derecho de formarse y ocupar un puesto de trabajo. El acceso al trabajo remunerado ha liberado a la mujer de su dependencia económica, lo que ha sido un factor básico para lograr la igualdad entre mujeres y hombres.
En la actualidad, el trabajo doméstico, que sirve para mantener a las personas que componen el núcleo familiar y para criar a los hijos, ha dejado de ser una actividad exclusivamente femenina para transformarse en una responsabilidad compartida. Actualmente, en España, las mujeres han accedido a todo tipo de estudios y de trabajos, y se han avanzado mucho en el camino de la igualdad. Aunque todavía se dan casos de discriminación encubierta, de diferencias de salarios por el mismo tipo de trabajos y de violencia de género por parte de algunos hombres incapaces de aceptar la libertad de decisión de la mujer.