Evolución Demográfica, Movimientos Migratorios y Desarrollo Urbano en la España del Siglo XIX: Transformaciones Sociales y Económicas
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Evolución Demográfica y Movimientos Migratorios en el Siglo XIX
Desarrollo Urbano
Entre 1833 y 1868, la economía feudal y la sociedad estamental fueron sustituidas por un sistema económico capitalista y una sociedad de clases. Quienes poseían propiedades pertenecían a la clase dirigente; quienes no, eran trabajadores. La población española se incrementó a lo largo del periodo, a pesar de guerras, epidemias y enfermedades. La mayor parte de la población continuó siendo rural y residiendo en el campo.
La agricultura se reformó con la abolición del régimen señorial, la supresión de los mayorazgos y las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz. Se liberalizó la agricultura para que la tierra circulase libremente por el mercado, pasando a manos de propietarios privados individuales.
En esta sociedad dual coexistían dos mundos diferentes: un interior agrario con formas de vida y subsistencia muy atrasadas y pocas zonas industrializadas que se abrían paso a una sociedad moderna. La relación entre ambos era débil y la pobreza, muy extendida. El poder estaba en manos de una oligarquía burguesa que formaba el triángulo de los siderúrgicos vascos, los empresarios textiles catalanes y los cerealistas castellanos.
Sociedad en el Medio Agrario
- Una oligarquía agraria predominante en Extremadura, Castilla y Andalucía.
- Clases medias bajas formadas por medianos propietarios, arrendatarios y aparceros.
- Campesinos sin tierra, jornaleros con paro y salarios bajos. Esta población sufría hambrunas, carencias sanitarias e higiénicas, y falta de cultura (analfabetismo).
Sociedad en el Medio Urbano
Lenta aparición de una sociedad modernizada en zonas como:
- País Vasco, con preponderancia de la industria siderúrgica y la banca más próspera del país.
- Cataluña, donde la burguesía catalana basó su éxito económico, además de en su empuje y dinamismo empresarial, en el proteccionismo del gobierno de la nación.
Junto a la alta burguesía industrial y financiera, en las ciudades encontramos una compleja estructura social: una heterogénea clase media junto a los defensores de las posturas democráticas y republicanas. Entre las clases trabajadoras distinguimos artesanos, ligados a empleos tradicionales, y obreros, que comenzaban a organizarse política y sindicalmente.
Educación en la Restauración
La Restauración significó el establecimiento de una rígida censura contra cualquier manifestación en contra de la monarquía y el dogma católico. El catedrático Giner de los Ríos fundó la Institución Libre de Enseñanza como centro privado, laico y alternativo. Esta rechazaba cualquier filiación política o religiosa, aunque la mayoría de sus profesores eran cristianos. Lo que predominó durante la Restauración fue la enseñanza tradicional, con métodos anticuados y críticos que rechazaban las aportaciones científicas. El Estado cubría la educación secundaria, destinada a los hijos de familias ricas. El sistema educativo provocó un atraso en el desarrollo científico y la investigación.
Migraciones
La población española durante el siglo XIX continuó las dos tendencias iniciadas a mediados de la Edad Media: desplazamiento del norte al sur y abandono de la meseta central (excepto Madrid) para concentrarse en la costa mediterránea y atlántica meridional. Ello se debe a las ventajas económicas que ofrecían las regiones costeras: tierras más fértiles que las de secano del interior, y comunicaciones y transportes por mar más baratos. Las migraciones transoceánicas también se dieron a lo largo del siglo XIX por el desarrollo del transporte marítimo y la industrialización en América, que supuso un foco de atracción para los europeos.
Conquista Musulmana, Emirato y Califato de Córdoba
La conquista de la península fue llevada a cabo por los musulmanes, quienes promovían la guerra santa. Los musulmanes eran árabes y bereberes. La ocupación no tardó mucho en completarse, ya que los visigodos prefirieron someterse. El emir dependía de Damasco, con capital en Córdoba. Los emires ostentaban todos los poderes. En el 740 estalló una rebelión de bereberes, que acabó con la marcha de estos de algunas zonas del norte.
El emir omeya Abderramán huyó de Próximo Oriente debido a la persecución de la familia califal. Llegó a la península, se proclamó califa y creó el emirato independiente de Córdoba. El califa de Córdoba, Abderramán III, quiso arreglar la situación de crisis, vigilando a los visires. Años más tarde, tras el asesinato de un visir, el califato entró en crisis. El estado cordobés se descompuso hasta que desapareció el califato.
Reinos de Taifas y Reino Nazarí
Las taifas pretendían reproducir el califato omeya sin adoptar el título califal. Estaban las taifas árabes, bereberes y eslavas. Los musulmanes tuvieron que pagar tributos a los reyes cristianos para obtener treguas, pero esto no impidió el avance cristiano. Por ello, llamaron a los almorávides, que eran muy religiosos y violentos. A partir de 1212, los cristianos controlaban muchos territorios. El último reino musulmán fue el nazarí, con territorios en Granada, etc. La caída definitiva fue en 1492, cuando los Reyes Católicos conquistaron Granada y Boabdil les entregó las llaves de la ciudad.