Evolución Demográfica Mundial y Migraciones Europeas en los Siglos XIX y XX
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Evolución de la Población Mundial entre 1870 y 1913
Entre 1870 y 1913, la población mundial experimentó un crecimiento significativo, pasando de 1175 millones a 1723 millones de habitantes. Esto representa un incremento de más del 50%. Europa, en particular, se consolidó como el centro demográfico del mundo, albergando una cuarta parte de la población global y siendo el origen de importantes flujos migratorios hacia otros continentes, especialmente hacia las zonas menos pobladas de América y Oceanía, y en menor medida, hacia África.
Apogeo y Declive Demográfico en Europa Occidental
El apogeo demográfico en Europa occidental se registró entre 1860 y 1880. Sin embargo, a partir de esa década, se inició un declive en el ritmo de crecimiento poblacional. Este cambio se debió a varios factores:
- Avances Médicos: La aplicación de los descubrimientos de Pasteur y sus sucesores en el campo de las vacunas y sueros contribuyó a contener la propagación de enfermedades como el tifus, el cólera y la difteria, especialmente entre la población infantil.
- Mejoras en las Condiciones de Vida: Las mejoras en las condiciones higiénicas y el aumento del nivel de vida general, que se tradujo en una alimentación más sana y abundante en los países occidentales, también ayudaron a reducir la mortalidad y a prolongar la esperanza de vida.
Como resultado, el índice de mortalidad disminuyó considerablemente. No obstante, también se observó un descenso en los índices de natalidad, una característica peculiar de la época. Esta disminución fue más pronunciada en los países occidentales, que eran los más desarrollados económicamente.
El Impacto del Maltusianismo
La baja en la natalidad se atribuye en gran medida al avance de las prácticas maltusianas. A partir de 1870, coincidiendo con la depresión económica mundial, las ideas de Malthus, que propugnaban una restricción de los nacimientos como remedio a la crisis económica y social, se difundieron rápidamente. El maltusianismo pretendía resolver el problema de la indigencia y la cuestión social mediante la limitación de la natalidad, dirigiéndose principalmente a la clase obrera. Estas ideas encontraron oposición entre socialistas y católicos, pero fueron adoptadas por los hogares de las clases acomodadas. La reducción de la natalidad se correlacionó inversamente con el nivel económico y social.
Francia se destacó por mantener una mayor estabilidad demográfica, con un crecimiento anual de la población del 12 por mil, mientras que Inglaterra registraba un 78 por mil, Holanda un 64 por mil, Alemania un 57 por mil y Bélgica un 56 por mil. El crecimiento más intenso se observó en los países mediterráneos y orientales. Irlanda, por otro lado, experimentó una disminución de casi el 50% en su población entre 1850 y 1913 debido a una fuerte emigración.
Régimen Demográfico y Movimientos Migratorios en el Siglo XIX
A lo largo del siglo XIX, la emigración desde Europa hacia otros continentes experimentó un crecimiento constante. El flujo migratorio estaba condicionado por las oportunidades que ofrecían los países receptores. Para Europa, la emigración representó una válvula de escape y un elemento compensatorio de su enorme crecimiento demográfico. Se estima que el flujo migratorio europeo durante los siglos XIX y XX representó aproximadamente el 40% del crecimiento anual de la población europea.
La Gran Emigración Europea
La época de la gran emigración se inició con la crisis económica y política de 1846-1848. Una primera oleada, que se extendió hasta 1880, estuvo compuesta principalmente por británicos (ingleses e irlandeses), alemanes y escandinavos. Hacia 1850, los británicos constituían el 80% del flujo migratorio.