Evolución y Desafíos de la Industria Española: De la Crisis a la Integración Europea
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Contexto y Desafíos de la Industria Española
La eficacia de estas medidas fue desigual y los resultados no estuvieron a la altura de las expectativas. Las inversiones y otras acciones solo se ejecutaron parcialmente.
La crisis de las décadas de los setenta y ochenta puso de manifiesto las carencias del sistema industrial español que el desarrollismo de la década de los sesenta había impulsado: la tecnología obsoleta, la dependencia energética, la reducida productividad, entre otras. A nivel internacional, las condiciones también habían cambiado: muchas multinacionales ya habían localizado gran parte de sus plantas en los Nuevos Países Industrializados (NPI) y en países del Tercer Mundo. Sus menores costes de producción y la mano de obra barata representaron una dura competencia para las manufacturas españolas en el marco de una economía más internacionalizada y con mercados más abiertos. A finales de los años ochenta y comienzos de los noventa, tras la incorporación a la UE, nuevamente, algunos sectores necesitaron medidas de reconversión.
III.4. Integración e Internacionalización de la Industria Española (1986-2002)
En una economía globalizada, la competencia entre las empresas exige a las industrias aplicar nuevas estrategias para buscar ventajas competitivas, dado que la competencia proviene de múltiples frentes y los mercados se expanden a otras regiones del mundo.
Entre 1986 y 1991, una etapa de crecimiento económico, la industria volvió a recuperar su papel como sector clave para impulsar el desarrollo. Este impulso se mantuvo y se observó nuevamente desde 1996. Sin embargo, la industria española manifiesta actualmente una clara división entre empresas de ramas tradicionales maduras (con procesos de reconversión) y aquellas dirigidas a las nuevas actividades industriales que se aproximan al sector terciario, cuyos sistemas de producción y organización responden a nuevos modelos de empresa. Además, se incrementa la inversión extranjera a través de empresas multinacionales, facilitada por la recuperación económica a partir de 1986 y las expectativas generadas con el ingreso en la UE.