Evolución Económica y Social en España y Europa: Siglos XVI y XVII
Clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 3,57 KB
La Crisis del Siglo XVII
La crisis que azotó a España en el siglo XVI se extendió hasta el siglo XVII, afectando también a gran parte de Europa. Sin embargo, hubo focos de crecimiento en algunas zonas de la Península Ibérica. A la crisis se sumó un proceso de desurbanización, debido a la decadencia de las industrias manufactureras y los mercados tradicionales. Madrid, en cambio, mantuvo algunos centros mercantiles en la periferia. Este fenómeno también se observó en Europa, especialmente en las ciudades que eran residencia de monarcas y en las ciudades portuarias. La crisis se sintió en casi toda la Península, con la excepción de Galicia y la cornisa cantábrica.
Transformaciones Agrícolas e Industriales
- Norte de la Península: Se introdujo el cultivo del maíz. El cáñamo y el lino favorecieron la industria local.
- Zona del Mediterráneo: Se produjeron cambios en las exportaciones, fortaleciéndose algunas y desapareciendo la pequeña propiedad. Se implantó el cultivo de la morera, impulsando la industria de la seda. También se especializaron en el cultivo del arroz y la producción de aceite.
- Industria: La crisis de la industria pañera fue severa, llegando a sobrepasar la capacidad de manufactura de algunas localidades. Segovia fue uno de los centros más afectados, reduciendo su producción y especialización. No obstante, se obtuvieron beneficios al producir paños finos y otros de menor calidad.
América y el Sistema de Explotación
En América se había consolidado un sistema basado en la explotación minera con mano de obra indígena. Las minas que se descubrieron inicialmente se fueron agotando, mientras que otras sirvieron para cubrir los gastos de la administración. Como consecuencia, América incrementó su autosuficiencia, disminuyendo la dependencia de productos europeos. Sin embargo, el sistema de explotación tradicional en ultramar se mantuvo.
Comercio, Demografía y Sociedad en España
El comercio en España se caracterizaba por la fuerte presencia de productos extranjeros, lo que contribuyó a la inflación. España no pudo hacer frente a un mercado basado en la explotación, mientras que en Europa se estaba produciendo una transición hacia el mercantilismo. El crecimiento demográfico fue desigual: mientras que en el norte se experimentaba un aumento, en el interior la población se estancaba. La sociedad siguió siendo estamental, basada en los privilegios. El aumento de la nobleza y el clero incrementó la presión fiscal sobre los vasallos.
El número de pobres y mendigos creció, al tiempo que se intensificaban las rebeliones debido a la presión fiscal y la subida de precios. Estas rebeliones se extendieron a través del bandolerismo, muy presente en la época. En 1609 se decretó la expulsión de los moriscos, con la salida de unas 200.000 personas. Esto provocó un descenso demográfico y el abandono de muchas tierras de cultivo. La expulsión se justificó por el temor a que los moriscos se aliaran con los turcos y los piratas.
Reformas Económicas
Durante el reinado de Carlos II, el primer ministro, el Duque de Medinaceli, devaluó la moneda y promovió una mayor atención al comercio americano. El Conde de Oropesa impulsó una reforma hacendística para aumentar la contribución y reducir la deuda pública, creando para ello la Superintendencia General de Hacienda. Los Borbones, posteriormente, se enfrentaron a graves problemas económicos que intentaron solucionar con diversas medidas.