Evolución: Equilibrios Interrumpidos, Encefalización y Desarrollo del Lenguaje en Humanos

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La Evolución no Siempre es Gradual

Tanto la teoría de Darwin como la teoría sintética son gradualistas, es decir, sostienen que los cambios evolutivos se producen como consecuencia de la acumulación lenta y progresiva de pequeños cambios. Sin embargo, para algunos paleontólogos, los datos que proporciona el registro fósil no encajan con este modelo. Si la evolución fuese gradual, el registro fósil estaría lleno de especies en permanente cambio y encontraríamos numerosas formas intermedias entre una especie y la que se ha originado a partir de ella. El registro fósil muestra que las especies suelen tener largos periodos de estabilidad interrumpidos por periodos cortos de cambios. Desde este modelo, la evolución parece seguir un ritmo muy irregular, con fuertes acelerones y paradas bruscas: es la teoría de los equilibrios interrumpidos o saltacionismo.

Evo-Devo

Entre los miles de genes que forman el genoma de un individuo existen jerarquías. Así, mientras unos genes regulan pequeños detalles, hay otros que controlan grandes decisiones que afectan a muchos otros genes y determinan el diseño corporal de un individuo. Una mutación en un gen de la máxima jerarquía tendrá unos efectos muy importantes. Estas ideas forman parte de una teoría evolutiva emergente, conocida como Evo-Devo (Evolutionary developmental biology), que vendría a explicar los grandes saltos evolutivos de los que se habla en el saltacionismo. Estas teorías son darwinistas porque hacen intervenir la selección natural y la variabilidad entre individuos, pero no proponen un modelo gradualista.

Encefalización y Ciclo Vital

El humano moderno tiene un volumen cerebral de entre 1300 y 1400 cm3, el triple que Lucy (Australopithecus afarensis), y el desarrollo ha desempeñado un papel crucial en el proceso de hominización. Sin embargo, el incremento del volumen cerebral generó algunos problemas durante el parto. La cabeza de la cría (CCRI) debe atravesar la parte inferior de la pelvis, denominada canal de parto. Un chimpancé o un gorila tienen un parto fácil, ya que su pelvis es ancha en relación con la cabeza de la cría, y la madre puede ayudar a nacer a la cría guiándola con las manos. La adaptación al bipedismo implicó un estrechamiento de la pelvis, y el incremento del cerebro aumentó la dificultad en el parto. Hace 1.5 millones de años, la capacidad craneal alcanzó los 850 cm3, que es el límite para pasar por el canal del parto. El cerebro del chimpancé tiene al nacer unos 300 cm3, y hasta que es adulto su tamaño aumenta un 50%. La especie humana, al nacer, tiene un volumen cerebral de 350 cm3, similar al chimpancé, pero se incrementa a lo largo de su vida un 400%. Si los homínidos pudieron incrementar el tamaño de su cerebro, fue a costa de adelantar el parto y tener crías prematuras, más dependientes de la madre durante mayor tiempo.

Aprender a Hablar

Solo los seres humanos disponemos de un lenguaje articulado, y no es fácil saber cuándo adquirieron los homínidos esta facultad. Para hablar, hace falta tener capacidad mental para ello y disponer del instrumento adecuado: el aparato fonador. Dos áreas del cerebro están relacionadas con nuestra capacidad de hablar, ambas se encuentran en la corteza cerebral del hemisferio izquierdo.

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