Evolución del Español: Siglos XVI-XVIII, Normas y Cambios Lingüísticos
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Historia Interna del Español
Durante el siglo XVI, una vez fraguados los principales cambios de la Edad Media, se estableció una división lingüística en el español que perdura hasta hoy. Esto se reflejó en el nacimiento de dos normas lingüísticas estandarizadas, a pesar de la gran variación interna que tenían.
Norma Castellana
La primera, la norma castellana, asumió los rasgos de la norma toledana y se estableció en el territorio peninsular medio y norte.
Norma Andaluza
La otra, la norma andaluza, se expandió por el territorio sur peninsular, llegando a Canarias y posteriormente a América.
Fonética y Fonología
Desde un punto de vista fonético-fonológico, se solucionaron algunas fluctuaciones vocálicas que afectaban a las vocales átonas. Por ejemplo, rancor/rencor. Si se percibe variación de vocales, se considera un registro vulgar. Esta vacilación no debe confundirse con el uso en sustantivos terminados en -ión, donde la presencia de una yod en el sufijo implica la inflexión de la vocal átona anterior (ej: lesión, lisiion; lección, liccion).
Este fenómeno se explica como un efecto latinizante del idioma (ej: pece o infelice con la vocal final -e). En el ámbito consonántico, tras el reajuste fonológico de las sibilantes, se transformaron algunos sonidos, como el palatal que pasó a articularse como una velar fricativa sorda (ej: muger=mujer).
Ortografía
Este cambio provocó una desestabilización del sistema ortográfico, perdiendo la correspondencia entre sonido y letra, lo que generó un caos ortográfico en el siglo XVII. La solución llegó en el siglo XVIII con la creación de la Real Academia Española.
Yeísmo y Otros Cambios
En el siglo XVI, las confusiones de palatales llevaron al yeísmo, un fenómeno que se expandió por todo el dominio español. También se observan los primeros trueques de líquidas. Hubo una disputa entre la conservación o reducción de grupos cultos, abogando por su reducción en el ámbito culto pero manteniéndolos en el registro coloquial (ej: digno/dino, concepto/conceto).
La pérdida de la s en posición implosiva en textos escritos puede deberse al descuido del escribiente y no reflejar la pronunciación real. Gramaticalmente, se generalizó el uso de la preposición a con el objeto directo de persona. En el adjetivo, se introdujo el sufijo -ísimo para crear superlativos.
Pronombres
En los pronombres, ell desapareció y se normalizó el. Se perdió la distancia comunicativa entre vos y tú, lo que llevó a la creación de nuevas fórmulas de tratamiento y al pronombre deferencial usted.