Evolución Fonética del Latín al Español: Casos Prácticos y Normativa de la RAE
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Evolución Fonética del Latín al Español: Casos Prácticos
Caso 1: CILIA > *ceja*
En el paso de CILIA a *ceja*, el fonema vocálico palatal influye sobre el fonema velar. Este último adelanta su zona de articulación y se pronuncia ligeramente palatal, en lugar de velar. Se trata de un cambio alofónico.
Caso 2: RUGA > *arruga*
Aquí se observa un refuerzo de la vibrante múltiple. Este proceso solo ocurre en la Península Ibérica y en zonas del sur de Italia. La teoría estructural es la más acertada para explicar este cambio. Según esta teoría, la 'R' también se vio afectada por el refuerzo de la consonante inicial. Por analogía, este alófono (el de la vibrante múltiple) también aparece tras consonante.
También se proponen teorías que lo explican como un fenómeno de sustrato. Aunque el vasco tenía una 'R', ignoramos su realización, por lo que la influencia vasca no puede ser considerada la explicación definitiva para esta evolución de la vibrante múltiple en posición inicial.
Caso 3: VERRERE > *barrer*
En el castellano medieval, existían dos fonemas: /b/ y /β/. Algunos planteamientos sugieren que este último fonema podría haber tenido realizaciones labiodentales. Este sistema corresponde al sistema alfonsí. A partir de 1350, este sistema muestra carencias. El proceso de cambio es largo, no culmina hasta el siglo XVI y da como resultado un solo fonema sonoro con dos realizaciones (oclusiva y fricativa) dependiendo del contexto.
La RAE adoptó un criterio etimológico: se usarían 'b' y 'v' en función del étimo latino. La 'u' quedó reservada para la vocal. En palabras muy extendidas con una forma no etimológica, se mantuvo la grafía popular.
Caso 4: S líquida + consonante (ej. ASPÁRRAGUM > *espárrago*)
Ya en latín existía la tendencia a anteponer una vocal a la 's' seguida de consonante (v + s + consonante). La vocal que se añade en español es átona. El vocalismo átono en español es inestable y no se fija hasta los Siglos de Oro. Hasta el siglo XVI, hay vacilación entre 'e' e 'i' para esa vocal delante de la 's' líquida. Esa vacilación también afecta a las palabras con la estructura vocal + consonante (por ejemplo, OBSCURO > *oscuro*/*escuro*). En el caso de ASPÁRRAGUM > *espárrago*, se añade la 'e' en posición inicial por analogía con la 's' líquida.
Caso 5: HOMINE > *hombre*
En las consonantes, la posición inicial es la más favorable para su mantenimiento, excepto en el caso de 'f', las labiales y /s/~/g/. En posición interior, se distinguen tres casos: consonante simple, geminada y agrupada.
HOMINE presenta una consonante agrupada. Estas tienden a la conservación. La segunda consonante del grupo se mantuvo en ocasiones desde el latín, pero en otros casos fue restituida en el siglo XVI. Hay excepciones, como la introducción de consonantes epentéticas (ej. HOMINE > *omne* > *omre* > *(h)ombre*).
La RAE llevó a cabo una restitución normativa. Este proceso también afectó a la 'f'. El criterio etimológico fue escribir 'f' en los casos en que se pronunciara como labiodental y 'h' para la que tuviera una 'h' etimológica o procediera de la antigua 'f' inicial latina.