Evolución y Fuentes de Estudio de la Población Española: Censo, Padrón y Más
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Fuentes para el Estudio de la Población Española
El Censo de Población
El censo de población es un recuento exhaustivo de la población de un país en un momento específico. Incluye datos demográficos esenciales como edad, sexo, estado civil, lugar de nacimiento, nivel educativo y ocupación, entre otros. En España, se realiza cada diez años, en los años terminados en 1, desde la década de 1980. El primer censo moderno en España data de 1857, registrando una población de 15,4 millones de habitantes.
El Padrón Municipal
El padrón municipal es un registro administrativo gestionado por cada ayuntamiento, que contiene datos de los habitantes de su municipio. Aunque ofrece información menos detallada que el censo, su principal ventaja reside en su actualización continua. Todos los residentes están obligados a empadronarse al trasladarse a otro municipio, lo que garantiza una mayor fiabilidad de los datos.
El Registro Civil
El registro civil documenta los nacimientos, defunciones y matrimonios. Esta información es crucial para analizar los movimientos naturales de la población (natalidad y mortalidad) y la nupcialidad.
Otras Fuentes
Además de las fuentes mencionadas, existen otras herramientas importantes para el estudio demográfico, como la Encuesta de Población Activa (EPA) y las encuestas de migraciones, ambas elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Evolución de la Población Española: Del Régimen Antiguo a la Actualidad
Régimen Demográfico Antiguo (Hasta Finales del Siglo XIX)
Hasta finales del siglo XIX, la población española experimentó un crecimiento lento, característico de una sociedad predominantemente rural. Este periodo, conocido como régimen demográfico antiguo, se distinguía por altas tasas de natalidad y mortalidad. Las guerras, enfermedades (epidemias), hambrunas y, en general, un bajo nivel de vida debido a una economía agraria, mantenían el crecimiento poblacional bajo control. La población estaba fuertemente ligada a las cosechas.
La Transición Demográfica (Finales del Siglo XIX - Siglo XX)
La transición demográfica en España se produjo con cierto retraso en comparación con otros países europeos, donde la Revolución Industrial la había impulsado a finales del siglo XVIII. En España, este proceso se inició a finales del siglo XIX y se caracteriza por un notable aumento de la población, debido a:
- Mantenimiento de una alta natalidad.
- Descenso significativo de la mortalidad, especialmente la infantil (del 112‰ a finales del siglo XIX al 10‰ en los años 30 del siglo XX). Este descenso fue posible gracias a los avances en higiene, sanidad y alimentación, que erradicaron la mortalidad catastrófica.
A finales del siglo XIX, aún persistían la mortalidad catastrófica y las hambrunas, con tasas de mortalidad superiores al 30‰, a lo que se sumaba la emigración a América. El proceso de transición demográfica se consolidó a principios del siglo XX, cuando la mortalidad descendió por debajo del 30‰, impulsada por avances sanitarios como la vacuna contra la viruela y una mayor productividad agrícola. El crecimiento de la población superó el 6%, alcanzando más de 18 millones de habitantes.
Este crecimiento se vio interrumpido por la epidemia de gripe de 1918 (aproximadamente 300.000 muertes) y la Guerra Civil, que generaron generaciones huecas. La población joven en edad de procrear disminuyó, sobre todo entre los varones, provocando un desequilibrio en la pirámide de población y un descenso de la natalidad.
Desde mediados del siglo XX, la mortalidad se mantuvo por debajo del 10‰, mientras que la natalidad experimentó un crecimiento significativo, rondando el 20‰. A finales de los años 50 y durante la década de los 60, se produjo el baby boom, un aumento explosivo de la natalidad que condujo al mayor crecimiento poblacional en la historia de España, superando los 30 millones de habitantes.