Evolución Histórica y Conceptual del Trabajo: Dimensiones y Perspectivas
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El carácter multidimensional del trabajo
Ese carácter se manifiesta en las múltiples formas en que puede ser considerado: como actividad o conducta, como situación o contexto, como un fenómeno con significado sociológico, económico, psicológico, o como dimensión instrumental o expresiva. Un estudio en los años 80 agrupó las definiciones de trabajo en cuatro patrones:
- Definición concreta de trabajo: conjunto de actividades humanas, remuneradas o no remuneradas.
- Definición social del trabajo: carácter productivo y creativo.
- Trabajo como deber: uso de técnicas, instrumentos, materiales e información.
- Trabajo como una carga: producir, prestar servicios o productos.
El trabajo según Peiró
El conjunto de actividades humanas, retribuidas o no, de carácter productivo y creativo, que mediante el uso de técnicas, instrumentos, materias o información permite obtener, producir o prestar servicios o bienes. En esta actividad, la persona aporta energía, habilidades, conocimiento y obtiene compensación.
La concepción clásica del trabajo
En las culturas primitivas, el trabajo es una actividad necesaria para la propia supervivencia. En la Antigüedad clásica, el trabajo es una actividad innoble, despreciada. Solo se consideraban ciudadanos de la polis aquellos que se dedicaban a la política. La separación entre el trabajo manual y el trabajo intelectual es una característica del sistema esclavista. Los filósofos clásicos consideraban al trabajo como indigno y degradante. La sociedad romana heredó el sistema esclavista de los helenos y, por tanto, su concepción denigrante y despreciadora del trabajo. Desde el siglo XI, la forma de trabajo esclava empieza a desaparecer de la Europa cristiana. Conforme avanza la Edad Media, el trabajo va adquiriendo una concepción menos negativa. El trabajo, poco a poco, irá tomando tintes más respetables.
Concepción judeocristiana del trabajo
- Del libro del Génesis se puede deducir la concepción judeocristiana del trabajo como castigo y maldición.
- Cuando la Iglesia valora el trabajo, es como forma de resignación y remisión que contribuye a la virtud cristiana de la obediencia. Se valora el trabajo como sacrificio y expiación.
- Según Juan Pablo II, el trabajo humano tiene un valor ético y está vinculado al hecho de que quien lo lleva a cabo es una persona que decide por sí misma.
Coincido con la perspectiva de Juan Pablo II, puesto que el trabajo contribuye a la realización personal y a la satisfacción de las necesidades humanas.
Ética protestante y el trabajo
El trabajo pasa a ser considerado un honor y un privilegio. Para Lutero, el trabajo es considerado como un servicio divino, al igual que para Calvino, quien decía que a través de la actividad laboral el hombre se acercaba a Dios. La finalidad de esta ética es determinar la influencia religiosa en la formación de una mentalidad económica. En el siglo XVII se observaron avances económicos y así, comenzó a considerarse que el trabajo tenía ventajas. Hubo un desarrollo en la mentalidad respecto al trabajo.