Evolución Humana y Romanización en la Península Ibérica: Un Recorrido Histórico

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Evolución Humana en la Península Ibérica

2.1. Proceso de Hominización: Se entiende por hominización el proceso evolutivo experimentado por el ser humano, consistente en la adquisición de rasgos como el bipedismo, la encefalización, el lenguaje articulado o el alargamiento de la infancia. En la Península Ibérica, en el yacimiento de Atapuerca (Burgos), se han encontrado restos pertenecientes a la especie del Homo Habilis.

Paleolítico Inferior (1.000.000 a.C.)

Los homínidos en esta etapa, como el H. Antecessor y H. Erectus, eran recolectores y cazadores nómadas. Practicaban el canibalismo y usaban la piedra como instrumento. También se encuentra el H. Heidelbergensis (300.000 a.C.).

Paleolítico Medio (100.000-35.000 a.C.)

Poblado por el H. de Neandertal, un depredador con un mayor desarrollo cerebral. Enterraba a los muertos y sabía hacer y utilizar el fuego.

Paleolítico Superior (35.000-8.000 a.C.)

El proceso de hominización culminó con el H. Sapiens Sapiens, que convivió con los neandertales hasta su extinción. La población aumentó gracias al progreso de las técnicas de caza y la mejora en la dieta. Utilizaban útiles de piedra y destacan sus manifestaciones artísticas.

Mesolítico

Se produce una adaptación de los homínidos tras un cambio climático que provoca la desaparición de la fauna autóctona.

Revolución Neolítica

Aparece la agricultura y la ganadería.

Conquista y Romanización de la Península Ibérica

2.3. Conquista y Romanización: La conquista romana de la Península alternó etapas de grandes avances con periodos de estabilización. Los romanos ocuparon el sur y el este peninsular durante la segunda guerra púnica (218-201 a.C.). Hasta el 155 a.C., Roma se orientó más a la consolidación de los territorios ocupados y a reprimir revueltas indígenas. En el 155 a.C. comenzaron las guerras contra celtíberos y lusitanos. Finalizadas las luchas y conquistados el centro y el oeste, hacia el 133 a.C. y hasta el 29 a.C., hubo escasa incorporación de territorios, trasladándose a la península las disputas entre los bandos de las guerras civiles del final de la república.

Entre el 29 y 19 a.C., y dirigidas por Augusto, tuvieron lugar las luchas contra cántabros y astures. La victoria de Roma intensificó el proceso de romanización y adquirió su organización económica, política, jurídica y social. El latín desplazó a las lenguas vernáculas y facilitó la aportación literaria hispana a la cultura latina con autores como Séneca y Marcial. Además, con el latín penetró el derecho romano. Los romanos impusieron sus cultos religiosos. Desde el punto de vista artístico, la conquista aporta una huella perdurable, sobre todo en la arquitectura y las obras públicas.

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