Evolución de la Industria en la Edad Moderna: Modelos Productivos y Transformaciones
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La Industria en la Edad Moderna: Modelos Productivos y Transformaciones
La Edad Moderna fue un periodo de profundos cambios económicos y sociales, donde la industria, aunque aún incipiente en comparación con épocas posteriores, experimentó una notable evolución. Diversos sistemas productivos coexistieron y se transformaron, sentando las bases para el desarrollo industrial futuro.
Los Gremios: Estructura y Desafíos en la Edad Moderna
El sistema gremial, heredado de la Edad Media, se mantuvo vigente durante la Edad Moderna. Sin embargo, su estabilidad comenzó a resquebrajarse en algunos sectores debido a la baja demanda, mientras que otros gremios prosperaron gracias a la creciente demanda de sus productos en el mercado.
Esta disparidad generó grandes diferencias de posición económica y social entre los distintos gremios. En aquellos con problemas, los oficiales a menudo perdían la oportunidad de establecer su propio taller. Además, en gremios donde la demanda era decreciente, los maestros artesanos restringían la competencia, limitando el acceso a nuevos miembros.
Los gremios también se vieron obligados a competir con productos más baratos, aunque de menor calidad, provenientes de sistemas productivos emergentes. Curiosamente, algunos gremios llegaron incluso a diversificar sus funciones, asumiendo roles similares a los de los banqueros.
El Sistema de Putting Out (Industria Doméstica): Origen y Expansión
Este tipo de industria surgió en las zonas rurales, apareciendo a finales de la Edad Media, pero extendiéndose significativamente durante la Edad Moderna. Su funcionamiento era el siguiente:
- Un comerciante suministraba las materias primas a familias de campesinos.
- La familia elaboraba el producto en su tiempo de ocio; trabajaban el padre, la mujer y los hijos.
- Posteriormente, el comerciante recogía el producto terminado y pagaba a la familia el precio acordado de antemano.
Aunque los productos solían ser de calidad inferior y los precios bajos, este sistema se expandió por toda Europa y se mantuvo hasta el siglo XIX. Sus ventajas eran claras:
- Para los agricultores, representaba una forma de obtener ingresos adicionales, complementarios a su actividad básica.
- El comerciante no necesitaba invertir en grandes instalaciones, ya que los campesinos trabajaban desde sus propias casas.
- Las materias primas resultaban más baratas.
- Se pagaba muy poco por el trabajo realizado, lo que reducía los costos de producción.
- El comerciante no tenía ningún tipo de relación contractual formal con los campesinos, lo que le otorgaba gran flexibilidad.
La Protoindustria: Evolución y Transición
En el siglo XVII, surgió una corriente conocida como la protoindustria. Este sistema se centró inicialmente en las zonas rurales, aunque más tarde se extendió a las ciudades. Era similar al Putting Out, con una diferencia clave: el empresario era el propio campesino, quien organizaba la producción.
El principal desafío radicaba en que el campesino no siempre disponía de los medios para conseguir las materias primas. En estos casos, el comerciante le proporcionaba el capital necesario para adquirirlas, manteniendo así un vínculo comercial que facilitaba la producción a mayor escala y la distribución de los bienes.