Evolución del Latín: Desde la Época Arcaica hasta las Lenguas Romances
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Evolución del Latín: Del Latín Culto al Vulgar y las Lenguas Romances
El latín, en su desarrollo histórico, se manifestó en dos formas principales: el latín culto y el latín vulgar. El latín culto era la lengua formal, utilizada en la administración, la literatura y los círculos intelectuales. Por otro lado, el latín vulgar era la forma coloquial, hablada por el pueblo. Ambas variantes evolucionaron con el tiempo, dando lugar a distintas fases:
Fases de la Evolución del Latín
- Latín arcaico (siglos VI al III a.C.): Corresponde al latín preliterario. Los testimonios de esta fase se limitan principalmente a textos epigráficos.
- Latín clásico (siglos III a.C. al II d.C.): Esta fase se subdivide en tres periodos: preclásico, clásico y posclásico. Es la época de mayor esplendor literario y cultural.
- Latín tardío (siglos II al VII): Durante este periodo, se inicia el proceso de formación de las lenguas romances.
- Latín medieval (siglos VII al XIV): En la Edad Media, el latín deja de ser una lengua hablada de forma nativa y se convierte en la lengua de la cultura y la erudición.
- Latín humanístico (siglos XIV al XVI): Con el Renacimiento, surge un movimiento para recuperar la pureza del latín clásico.
- Latín científico y eclesiástico (siglo XVII en adelante): El latín se mantiene como lengua oficial de la Iglesia Católica y se utiliza como medio de expresión en el ámbito científico.
Latín Vulgar y el Nacimiento de las Lenguas Romances
Paralelamente al latín culto, existía el latín vulgar, una forma de hablar espontánea y coloquial, utilizada por campesinos, soldados y habitantes de las provincias del Imperio Romano alejadas de Roma. De este latín vulgar surgieron las lenguas romances, como el castellano, el catalán, el gallego, el francés, el italiano, el portugués, el rumano, entre otras.
Los Orígenes Legendarios de Roma: Eneas y la Fundación de Alba Longa
Según la leyenda, tras la caída de Troya, el héroe Eneas, hijo del mortal Anquises y de la diosa Venus, recibió un aviso de su madre. Debía abandonar la ciudad en llamas junto a un grupo de soldados, pues un nuevo destino les aguardaba. Eneas y sus compañeros llegaron al Lacio, cerca de la desembocadura del río Tíber. Allí reinaba Latino, cuya hija, Lavinia, estaba prometida con Turno, rey de los rútulos. Se produjo un enfrentamiento entre los troyanos, aliados con los latinos, y los rútulos. Turno murió en la batalla y Eneas se casó con Lavinia. El hijo de Eneas, Ascanio (también llamado Julo), fundaría la ciudad de Alba Longa.
Los Reyes Albanos: Numitor, Amulio, Rómulo y Remo
Numitor gobernaba Alba Longa cuando su hermano Amulio lo destronó. Para asegurar su reinado, Amulio obligó a la hija de Numitor, Rea Silvia, a convertirse en sacerdotisa vestal, impidiendo así que tuviera descendencia. Sin embargo, el dios Marte engendró con Rea Silvia a dos gemelos: Rómulo y Remo. Al enterarse, Amulio ordenó que los bebés fueran arrojados al río Tíber.