Evolución de Museos y Bibliotecas: Del Coleccionismo Real al Patrimonio Nacional
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Los Museos
El museo era, en la antigüedad, un sitio de inspiración que concentraba arte. Sin embargo, fue evolucionando hacia un lugar donde las colecciones de arte se hacían visibles al público.
Con Carlos IV empezó a diseñarse un proyecto de museo para la pintura de la Casa Real. Pero fue con José I que realmente se llevó a cabo una recolección de arte destinado a un futuro museo en Madrid, y a una pequeña colección con destino París.
Este proyecto se paró al irse el rey francés, y Fernando VII no tuvo interés en recuperarlo hasta 1819, cuando decidió crear el Museo Real de Pinturas.
La labor coleccionista de la Casa Real terminó aquí, con múltiples ejemplos de obras regaladas a dignatarios extranjeros, que así abandonaron el país.
La I República trajo la nacionalización de gran parte del patrimonio de la Corona, incluyendo el Museo Real, que pasó a llamarse Museo Nacional de Pintura y Escultura. En 1920 se pasó a llamar Museo Nacional del Prado.
Hoy en día, la sociedad tiende a desear, más que exposiciones permanentes de colecciones, unos planteamientos didácticos y expositivos novedosos. Hay que hacer más partícipe al visitante. Ejemplo: Historiska Museet, Estocolmo.
Las Bibliotecas
Las bibliotecas, como archivos documentales, siempre han existido. Desde el punto de vista del patrimonio cultural, podemos hablar de dos tipos:
- La biblioteca que es en sí patrimonio cultural: inmueble.
- La biblioteca que alberga el patrimonio cultural: que es mueble.
En España, resulta de gran importancia la biblioteca creada por Felipe II en el nuevo Monasterio del Escorial.
En el siglo XVIII se establecen los gérmenes de las bibliotecas nacionales, con la futura British Library como biblioteca del British Museum, y la Biblioteca Real como futura Biblioteca Nacional.
La Biblioteca Nacional engrosó sus fondos con las colecciones reales, las bibliotecas de rivales políticos confiscadas, la desamortización y el forzoso ingreso procedente de bibliotecas de la iglesia. Pasó a ser Biblioteca Nacional, pero cambió de sede múltiples veces.
En 1896, tras tres décadas de construcción de la nueva sede, la Biblioteca Nacional se asentó en su ubicación actual. Actualmente, las bibliotecas se debaten entre su servicio público para la educación y aprendizaje (noción más anglosajona), o su carácter como repositorios del conocimiento (más continental, los libros como patrimonio bibliográfico). No obstante, todos los países tienen Bibliotecas Nacionales que albergan la producción bibliográfica de cada país.
Gran parte del fondo de las bibliotecas es histórico, por lo que exige de condiciones de conservación mínimas, y una capacidad de restauración por parte de la institución que la alberga.
De ahí que durante el siglo XIX gran parte del patrimonio bibliográfico y documental de otras instituciones fuera forzosamente entregado a la Biblioteca Nacional.