Evolución Musical Medieval: Del Canto Gregoriano a la Polifonía y Notación

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El Canto Gregoriano: Pilar de la Música Medieval

Los monasterios jugaron un papel muy importante en la Edad Media. Caracterizada por las penurias económicas, la inestabilidad y la fragmentación política, estas instituciones fueron los grandes centros culturales del momento. En ellos vivían los monjes, quienes dedicaban su vida a la oración y al trabajo. La oración comunitaria se realizaba mediante el canto, siguiendo la máxima de San Agustín: “El que canta reza dos veces”. Por ello, el canto adquirió una importancia fundamental.

En el Siglo VI, el Papa Gregorio Magno ordenó recopilar los cantos de la Iglesia, dando origen a lo que hoy conocemos como cantos gregorianos. Sus características principales son:

  • Se canta a una sola voz (monofonía).
  • El idioma utilizado es el latín.
  • Posee un ritmo libre, similar al de la prosa.
  • La melodía no presenta saltos bruscos, es de carácter melódico y fluido.
  • No se utilizan instrumentos musicales (canto a cappella).
  • La música puede ser silábica (una nota por sílaba) o melismática (varias notas por una sola sílaba).

Los Trovadores y Juglares: Voces de la Música Profana

Los trovadores y juglares fueron los protagonistas de la música profana en la Edad Media.

Los Trovadores

En un principio, los trovadores eran nobles que componían versos acompañados de melodías para cantar. Compartían algunas similitudes con el canto gregoriano, pero se diferenciaban radicalmente en la temática y la forma, al ser de carácter profano y no religioso. Sus temas principales eran el amor cortés, el honor y las hazañas caballerescas. Eran personas cultas, pero sus composiciones eran de carácter popular y accesible. Su música se caracterizaba por un ritmo más vivo y solía ir acompañada de instrumentos. Un ejemplo destacado es Martín Codax, conocido por sus Cantigas de amigo.

Los Juglares

Los juglares, por otro lado, eran artistas ambulantes que llevaban historias, canciones y leyendas de un lugar a otro. De origen humilde, no eran compositores originales, sino que interpretaban y a menudo introducían arreglos propios en las obras de otros, difundiendo así la cultura y el entretenimiento entre la población.

La Polifonía: Múltiples Voces en Armonía

La polifonía es la superposición de varias voces o líneas melódicas que suenan al mismo tiempo. Aunque pudo producirse de forma natural, por ejemplo, cuando las voces se distancian una octava, también implica que una voz cante por encima o por debajo de otras voces de manera intencionada.

Los monjes fueron pioneros en añadir voces al canto llano. El organum es un tipo temprano de polifonía que añade a la melodía gregoriana original una nueva voz que se distancia en una quinta o una cuarta. Cuando las voces no son paralelas y presentan movimientos contrarios, esta técnica se denomina discantus.

La Escritura Musical: Un Legado Duradero

Para preservar y transmitir la música, los monjes idearon un sistema de escritura. En el Siglo VII, se comenzaron a dibujar signos llamados neumas. Estos signos se colocaban alejados del texto y servían para indicar si el sonido era más grave o más agudo, aunque no especificaban la altura exacta.

Un copista tuvo la idea de trazar una línea para representar un sonido fijo, lo que fue un avance crucial. Posteriormente, figuras como Hucbaldo y Guido D'Arezzo añadieron más líneas para indicar la altura precisa de los sonidos, sentando las bases del pentagrama actual.

Inicialmente, las notas musicales se representaban con letras del alfabeto, comenzando por la 'A' (conocida como notación anglosajona):

  • Do = C
  • Re = D
  • Mi = E
  • Fa = F
  • Sol = G
  • La = A
  • Si = B

En el Siglo XI, Guido D'Arezzo dio nombre a las notas que conocemos hoy (notación latina), utilizando las sílabas iniciales de un himno a San Juan Bautista: Ut (Do), Re, Mi, Fa, Sol, La, Si.

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