Evolución de la Narrativa Española: Del Exilio a la Novela Social

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La Narrativa Española

La mayoría de los autores que partieron al exilio tienen algunos aspectos en común: la rememoración del conflicto bélico y la rememoración de la España que abandonaron, la presencia de nuevos lugares y la reflexión sobre temas que afectan a la propia naturaleza de la existencia humana. Ramón J. Sender es el más conocido. Se dio a conocer con Imán, un relato sobre la desastrosa guerra de Marruecos que había marcado su generación. Sus novelas, de un firme realismo, tienen gran agilidad narrativa y presentan una consistente trabazón argumental. Destaca sobre todo Réquiem por un campesino español. Francisco Ayala, autor de relatos innovadores en la década de los 20, publicó en los 40 dos libros de cuentos, Los usurpadores y La cabeza del cordero, ambos centrados en la violencia y el abuso de poder.

La Novela de la Postguerra

En los primeros años de la posguerra, la vida literaria quedó reducida a la producción propagandística de los escritores del nuevo régimen. La represión, el hambre y la pobreza hicieron presa en una sociedad atemorizada. Se instituyó una férrea censura que vigilaba la heterodoxia política y las desviaciones de la moral nacional-católica.

Tremendismo

La novela de Cela acuñó la etiqueta de “tremendismo”, que aludía a la corriente narrativa cuyas obras, escritas en un lenguaje bronco, estaban pobladas de personajes bárbaros, marginales o tarados, de conductas brutales. La familia de Pascual Duarte presenta a un narrador parricida que justifica su biografía criminal mientras espera a ser ejecutado. Se regodea en los detalles más truculentos a la vez que lleva a cabo una dura crítica de la situación social degradada que ha hecho posible su personalidad deforme.

La Novela Existencial

Nada de Carmen Laforet, revela una visión oscura, violenta y triste de la abatida sociedad española. Su autora, por entonces una desconocida joven de veintidós años, vertió en ella su propia experiencia como estudiante en la Barcelona gris de la posguerra. La obra es un retrato de la vida cotidiana envenenada por las secuelas del enfrentamiento civil que plantea temas como las relaciones familiares, sórdidas y crueles, el duro contraste entre ricos y pobres o la falta de futuro de los personajes. Junto con La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela, marcará la tendencia a seguir por los novelistas durante estos años.

La Novela de los 50

Los años cincuenta van a suponer el renacer de la novela española, ya que aparece una nueva generación de escritores que, junto con los de la posguerra, desarrollarán un nuevo tipo de novela, asumiendo un compromiso social siguiendo las ideas de Sartre. Los intelectuales y universitarios adoptan posiciones cada vez más críticas respecto al régimen y las injusticias sociales. Dos son las grandes tendencias en que se subdivide el realismo social español:

La novela social, basada en las teorías de la psicología conductista, que considera el comportamiento humano como una serie de respuestas a determinados estímulos externos. Hay algunas técnicas narrativas muy usadas:

  • Reducción al mínimo de la presencia del autor, que se limita a narrar lo que ocurre, sin opinar. Adopta el punto de vista de una cámara cinematográfica.
  • Limitación del protagonismo de los personajes. No hay héroes ni antihéroes. Más que el personaje, predomina la situación, el contexto.
  • Eliminación del análisis psicológico. No hay presencia de monólogos interiores: no preocupa el mundo interior de los personajes.
  • Concentración espacial y temporal. Los argumentos se suelen concentrar en cortos períodos de tiempo y en un marco único y poco variado.

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