Evolución y Organización Territorial de España: Un Recorrido Histórico
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1. La Evolución de la División Territorial en España
El Reformismo Borbónico
La llegada de la dinastía Borbón a España a comienzos del siglo XVIII marcó un cambio hacia un modelo territorial centralista y uniformador.
El Siglo XIX y el Liberalismo
El nuevo Estado liberal del siglo XIX mantuvo e intensificó el modelo centralista. Se impulsó una nueva división territorial, dividiendo España en 50 provincias, teniendo en cuenta criterios demográficos, de superficie y barreras naturales. El objetivo era consolidar un Estado centralista y unitario, reforzando una conciencia española unitaria.
El Surgimiento de los Nacionalismos
El nacionalismo surgió en España a finales del siglo XIX, cobrando fuerza en Cataluña, País Vasco y Galicia. Estas regiones aspiraban a tener instituciones y competencias políticas propias. La II República intentó solucionar el problema del nacionalismo con un Estado integral, aprobando estatutos de autonomía para Cataluña, País Vasco y Galicia.
El Franquismo
El franquismo se caracterizó por un fuerte nacionalismo español unitarista, suprimiendo cualquier símbolo de diferencia nacional durante casi 40 años.
La Organización Territorial en la Constitución de 1978
La Constitución de 1978 establece las bases de la nueva organización territorial, permitiendo un amplio grado de descentralización.
Las Comunidades Autónomas
La Constitución buscaba resolver la cuestión de los nacionalismos periféricos concediéndoles autonomía política. Se establecieron tres niveles: Nación, Nacionalidades y Regiones. El término "comunidad autónoma" retoma el concepto de "región autónoma", identificándose con las regiones históricas.
Las Provincias
Las provincias se convirtieron en la base de las comunidades autónomas, formándose por agrupación de provincias o con carácter uniprovincial. Tres provincias cambiaron de nombre para coincidir con el de su comunidad autónoma: Logroño (La Rioja), Oviedo (Asturias) y Santander (Cantabria).
Los Municipios
Los municipios son gobernados por ayuntamientos, integrados por el alcalde y concejales.
2. El Estado de las Autonomías
El Proceso Constitutivo
La Constitución permite la existencia de comunidades autónomas, pero no obliga a su formación. Solo las provincias limítrofes con características comunes pueden formar una comunidad autónoma. Cada comunidad autónoma tiene un gobierno, un parlamento y un tribunal de justicia. El mapa autonómico coincide en su mayor parte con el de las regiones históricas.
Competencias Autonómicas
Las comunidades autónomas tienen un alto grado de autonomía en la gestión de recursos y en la capacidad normativa sobre su territorio. Se podía acceder a la autonomía por la vía rápida o lenta. El Estado mantiene competencias exclusivas (relaciones internacionales, defensa, etc.), mientras que las comunidades autónomas tienen competencias mínimas (urbanismo, etc.) y competencias concurrentes (educación, sanidad, etc.) con el Estado.
3. Tipología y Mapa Autonómico
Se observa una mayor homogeneidad en las comunidades interiores y una mayor fragmentación en las periféricas. Según el número de provincias, hay tres tipos de comunidades autónomas: las formadas por varias provincias limítrofes con características comunes, las conformadas por provincias insulares y las uniprovinciales.