La Evolución del Patrimonio Cultural: Desde la Antigüedad hasta el Siglo XX

Clasificado en Griego

Escrito el en español con un tamaño de 4,54 KB

La Valoración de los Bienes Culturales: Un Recorrido Histórico

Si en la actualidad contamos con toda una serie de Bienes Culturales, es porque en todo tiempo ha existido el interés por preservar los objetos creados por el hombre. Estos bienes han sido atesorados por su belleza formal, por la riqueza de su material, por devoción, por admiración, entre otros motivos. Las razones son muchas y cambiantes, pues cada momento histórico establece su preferencia.

El concepto de Patrimonio implica no solo poseer y guardar, como sucedía en los primeros tiempos, sino también mirar el pasado con ojos nuevos, con la intención de conservarlos para que sirvan de modelo. Por ejemplo, en el Renacimiento, el Patrimonio nace y se presenta como un conjunto de bienes con un mismo carácter: el de ser portador de nuestra memoria.

Por este motivo, los siglos XVI y XVII adquieren mayor protagonismo en el tema, pues son los siglos donde empiezan a verse avances teóricos. Durante la Ilustración y el siglo XIX, se despierta la conciencia protectora. Este proceso teórico evoluciona hasta la llegada de las dos Guerras Mundiales, que provocan un antes y un después. El concepto de Patrimonio histórico-artístico, hasta entonces definido y formado por un solo conjunto de bienes, se empieza a ampliar a un numeroso conjunto de bienes de naturaleza diversa. De este modo, fruto del debate teórico despertado con motivo de la destrucción bélica, durante los primeros cincuenta años del siglo XX, el hasta ahora denominado Patrimonio histórico-artístico pasará a ser una categoría más de las englobadas en los Bienes Culturales.

La Antigüedad y la Edad Media: Orígenes de la Apreciación Artística

Desde los tiempos más remotos, el hombre ha desarrollado su capacidad artística, bien para producir un efecto mágico, bien como respuesta supersticiosa o bien con una intención práctica que le proporcionara una determinada ganancia.

Tenemos muestras de arte desde cuevas prehistóricas o palacios y tumbas de Egipto. Ciertamente, han podido llegar por azar o por deseo de permanencia, pero lo que está claro es que algunos bienes han gozado de mayor aprecio que otros, lo cual ha favorecido su conservación.

Los ejemplos que se pueden señalar pertenecen al ámbito religioso, principalmente a los tesoros de los templos, lugares en los que se depositan todo tipo de objetos como ofrenda a la divinidad. Por ello, es posible suponerles tanto unas cualidades artísticas excepcionales como el mérito de unos ricos materiales. En estos recintos se encuentra el origen de la institución museística, pues estas piezas reclamaban ya medidas especiales de custodia. Asimismo, los templos, al ser destino obligado de unos fieles que acuden a adorar a sus dioses, son centros de gran importancia e influencia.

De lo expuesto se deducen los dos aspectos que hay que considerar en la historia del Patrimonio: el valor del material o de la apariencia física y el mensaje o significado contenido que nos transmite.

La Antigüedad Clásica: Grecia y Roma

De la Antigüedad grecorromana se conocen múltiples noticias reveladoras del gusto por coleccionar cerámicas, pinturas, esculturas, etc. Objetos preciosos de otras culturas entran a formar parte del ajuar de las casas patricias romanas como muestra de refinamiento y modelo a imitar. Las piezas artísticas adornan las vías públicas, así como foros o edificios emblemáticos.

Efectivamente, la civilización romana sintetiza toda una tradición que proviene de la Grecia y continuada en el periodo helenístico, procurando la protección de las piezas y arquitecturas heredadas. Ejemplos como la máscara funeraria de Agamenón o la estatua crisoelefantina de Atenea, además de su espléndida factura, ofrecen la riqueza de sus materiales. Las esculturas y monumentos debidos a reyes de Pérgamo revelan su deseo de emular el pasado. La exposición pública de Agripa buscando prestigio, todo esto explica los motivos de cómo se va configurando el Patrimonio:

  • ¿Qué bienes se consideraban?
  • ¿Qué cualidades poseían?
  • ¿Qué significado adquirían?
  • ¿Por qué motivo se conservaban?

Las respuestas a estas preguntas se encuentran en el respeto y admiración por otras culturas, la muestra de poder, el prestigio o el refinamiento.

Entradas relacionadas: