Evolución de Personajes y Técnica Narrativa en El Quijote de Cervantes
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Caracterización y Evolución de los Personajes
Los personajes, caracterizados como antihéroes, evolucionan visiblemente en el relato. La trayectoria de Don Quijote podría explicarse en tres etapas:
- Partiendo del loco ridículo con una caracterización simplificada y plana en los capítulos iniciales (primera salida).
- Pasamos a conocer después a un idealista empeñado en ver el mundo como lo ha conocido en los libros de caballerías (segunda salida).
- En la segunda parte (tercera salida), va aproximándose a una posición mucho más realista, proceso que culminará con el desengaño y el abandono de sus aspiraciones. Es ese desengaño el que le lleva a la muerte.
En cuanto a Sancho, evoluciona en una trayectoria inversa: el hombre sencillo, pragmático y materialista del principio va contagiándose poco a poco del idealismo de su señor. Al final de la novela, cuando Don Quijote se deja arrastrar hacia la muerte por el desencanto y la pérdida de los ideales, es Sancho quien intenta devolvérselos y animarle a vivir.
Estilo de los Personajes
Los personajes se expresan de forma realista, es decir, de acuerdo con su caracterización. Don Quijote intenta imitar el lenguaje caballeresco, con numerosos rasgos arcaizantes. Sancho, sin embargo, es un hombre sencillo y rústico y, por tanto, tiene una expresión popular y humorística. Además, es frecuente en él el uso de refranes.
El estilo del narrador se caracteriza por la ironía, la riqueza léxica y el tono realista.
Técnica Narrativa
La técnica narrativa del Quijote se caracteriza por la originalidad con que Cervantes retoma los recursos y elementos habituales de la literatura de la época y, sobre todo, por una complejidad basada en los siguientes rasgos:
El Narrador y la Técnica del Manuscrito Encontrado
La novela está planteada desde una doble perspectiva: un narrador y un cronista. La figura del narrador adquiere un tratamiento muy moderno: se trata de un narrador en tercera persona y tiene un punto de vista externo a la narración. Atendiendo a estos criterios, respondería al enfoque tradicional del narrador omnisciente que actúa como mero intermediario entre el cronista y el lector.
En cuanto al cronista, es anónimo en los primeros capítulos, pero a partir del capítulo 9, tendrá identidad: se trata de un historiador arábigo cuyo nombre es Cide Hamete Benengeli.