Evolución de la Poesía Lírica en Roma: Catulo y Horacio
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Orígenes y Evolución de la Poesía Lírica
La lírica, como género, surge en Grecia. Etimológicamente, deriva de la palabra griega lyros, porque los poetas griegos cantaban estos poemas acompañados de una lira, instrumento musical de cuerda. En la literatura latina, sin embargo, la poesía lírica no fue jamás cantada, ni tan siquiera recitada con acompañamiento de lira. Dentro de la lírica, la poesía elegíaca es un subgénero que se define más que por sus temas (lamentos fúnebres, elogios, exaltaciones patrióticas y temas amorosos y personales), por su métrica: la combinación del hexámetro y del pentámetro dactílicos que formaban una estrofa llamada dístico elegíaco.
En el segundo tercio del siglo I a. C. surge en Roma una corriente literaria que rechaza la poesía tradicional, solemne y de carácter objetivo, para inclinarse por una poesía más subjetiva. Es una poesía intimista. Sus poemas son breves y muy cuidados, y en ellos predomina la búsqueda de la belleza formal, por medio de la selección y la colocación artística de las palabras, la perfección métrica.
Catulo: Vida y Obra
Vida
Catulo nació en Verona en una familia influyente. Estudió en Roma, pasando allí varias temporadas, y al fin se estableció en el 62 a. C., introduciéndose en los cenáculos literarios de sus amigos, los llamados despectivamente por Cicerón poetas neotéricos. Vivió dentro del lujoso ambiente aristocrático romano, fascinado y hechizado por ella, que, bajo el nombre de Lesbia, se convirtió no sólo en su musa sino también en su tormento por sus continuas infidelidades y fallidas reconciliaciones. Murió a los 33 años de edad.
Obra
Su obra lírica, tal como nos ha llegado, consta de 116 poemas (Carmina), ordenados en tres secciones, no cronológicamente, sino desde el punto de vista métrico y de contenido general.
Quinto Horacio Flaco: Vida y Obra
Vida
Quinto Horacio Flaco, hijo de un liberto, nació en el 65 a. C. en Venusia, ciudad de Apulia. Recibió una esmerada educación primero en Roma y luego en Atenas, donde tomó contacto con el epicureísmo. Sumido en la pobreza, consiguió no obstante trabajo como escribano de cuestor, un puesto que le permitió practicar su arte poético. Con el tiempo, Horacio fue ganando el respeto y la admiración de los círculos literarios romanos, al que pertenecía Virgilio, que le presentó a Cayo Mecenas (38 a. C.), amigo y consejero de Octavio Augusto. Mecenas llegó a convertirse en su protector y amigo personal, y obsequió a Horacio con una finca en Tiber, en las montañas Sabinas (33 a. C.), donde el poeta pasó la mayor parte de su vida escribiendo. Murió en el 8 a. C.
Obra
Sus obras fueron las sátiras, las odas, los épodos y las epístolas. Su gran tópico fue carpe diem (Odas): aprovecha el momento presente. El pasado ya no existe, el futuro no ha llegado y el presente es fugaz. No sabemos lo que vamos a vivir.