Evolución de la Poesía Lírica en Roma: Catulo y Horacio
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La Poesía Lírica en Roma
El género lírico comprende composiciones poéticas que, en sus orígenes griegos, eran cantadas con lira (de ahí el nombre de lírica). Esta poesía tiene dos características: su carácter subjetivo, ya que el poeta expresa en ellas sus sentimientos, generalmente amorosos, y la utilización de gran número de metros variados. La lírica se cultivó en Roma a partir de los últimos siglos de la República (II y I a.C.), en los que las perturbaciones sociales y políticas crearon un ambiente propicio para que los poetas abandonaran los grandes ideales patrióticos, ensalzados por la épica, y se volvieran a su interior para analizar y expresar los sentimientos por las cosas pequeñas de todos los días.
Los Primeros Poetas Líricos y los Neotéricos
En esta época surgen los que podrían ser considerados como los primeros poetas líricos: el círculo de Quinto Lutacio Cátulo. De ellos conservamos escasos fragmentos, pero sabemos que su poesía era de tema erótico y tenía una gran variedad de metros. En el siglo I a.C. florece en Roma una corriente a la que Cicerón denomina de los poetas nuevos o neotéricos (poetae novi). Se caracterizan estos por su inclinación hacia la poesía griega y en particular la alejandrina, la cual, en poemas breves y muy cuidados, buscaba la belleza formal a través del empleo de recursos estilísticos, sobre todo métricos, de gran perfección artística.
Catulo (87-54 a.C.)
Cayo Valerio Catulo nació en Verona, ciudad perteneciente a la Galia Cisalpina, patria también de Virgilio, Tito Livio y de Plinio el Joven. En 68 a.C. llegó a Roma, donde encontró una sociedad perturbada por las contiendas políticas. Lleva una vida brillante y feliz (solamente ensombrecida por la muerte de su hermano), en contacto con los hombres más importantes de la política y de las letras de esa época. El gran suceso de su vida, que inspiró gran parte de su poesía, fue su relación con la que él canta bajo el nombre de Lesbia, hermana de P. Clodio Pulcher, enemigo político de Cicerón.
La Obra de Catulo
La obra de Catulo comprende 116 poesías que se pueden clasificar, según los metros empleados, en:
- Piezas líricas cortas (1-60), de metros variados, generalmente escritas en yambos.
- Piezas más extensas (61-68) escritas casi todas en hexámetros.
- Epigramas en dísticos elegíacos (69-116).
Según sus fuentes de inspiración, se reconocen en Catulo tres aspectos principales:
- Un poeta alejandrino que resume en sí las características de esta escuela. La pieza más representativa de este aspecto es el Epitalamio de Tetis y Peleo, poema erudito, sobrecargado, pero que expresa los sentimientos, a veces con intensidad dramática, y contiene cuadros pintorescos y graciosos.
- Un poeta satírico; pero sus piezas no son sátiras políticas, Catulo encuentra su indignación en las enemistades personales. Ahí es donde, en poemas cortos y bien cincelados, sabe colocar en el momento justo el rasgo mordiente. Además, en sus epigramas nos pinta la sociedad mundana de su época, de manera viva y divertida, con la que él compartió el placer y el estudio y en la que vivió gran parte de su vida.
- Un poeta lírico en el sentido moderno de la palabra. Catulo nos habla en términos emocionantes y tiernos de la muerte de su hermano, de sus amistades y sus odios (odi et amo) con espontaneidad y franqueza, pero, sobre todo, con sensibilidad dolorosa y apasionada de su amor con Lesbia.
Horacio (65-8 a.C.)
Nació en Venusa, al sur de Italia. Su padre, liberto y recaudador de las subastas públicas, se preocupó por su educación, enviándole a estudiar a Roma y después a Atenas. Fue seguidor del partido republicano y tomó parte en la batalla de Filipos (42 a.C.). A través de Virgilio entró en el círculo de Mecenas, donde llegó a disfrutar del bienestar suficiente para poder dedicarse a la poesía sin problemas económicos.