La Evolución de la Sinfonía Post-Beethoven: Caminos y Maestros del Romanticismo

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La Evolución de las Formas Sinfónicas Post-Beethoven

La Sinfonía, que ya había quedado plenamente desarrollada con Beethoven, siguió dos caminos distintos después del gran compositor:

  • El camino conservador: Algunos compositores partieron de la Séptima y la Octava Sinfonía de Beethoven, tendiendo a una forma más clásica y regular. Entre ellos destacan Schubert, Schumann, Mendelssohn y Brahms.
  • El camino programático: Otros compositores, inspirados por la Sexta y la Novena Sinfonía de Beethoven, emprendieron el camino de la Música Programática, donde la música narra una historia o evoca una imagen. Este grupo incluye a Berlioz, Liszt, Bruckner, Dvořák y Chaikovski.

Primer Grupo: Los Compositores Conservadores

Franz Schubert (1797-1828)

Sus diez sinfonías mantienen formas clásicas regulares y ninguna de ellas puede considerarse programática. Entre las más importantes se encuentran la Sinfonía n.º 4 en do menor, "Trágica", y la célebre Sinfonía n.º 8 en si menor, "Inconclusa".

Robert Schumann (1810-1856)

Su Primera Sinfonía, "Primavera", está pletórica de temas románticos y una inagotable energía rítmica. Otra de sus sinfonías, la "Renana", es vagamente programática. Aunque su ideal era Beethoven, su principal obra orquestal es "Manfred", música incidental para el poema de Byron. La belleza de sus sinfonías reside en el ardor de su espíritu romántico. Destaca también su Concierto para piano y orquesta en La menor.

Felix Mendelssohn (1809-1847)

Sus dos sinfonías más importantes, la "Italiana" y la "Escocesa", se incluyen en el reino de los paisajes románticos. Sus melodiosos temas están perfectamente encajados en las formas clásicas regulares, con cuatro movimientos sin solución de continuidad.

Johannes Brahms (1833-1897)

La reacción clásica de la segunda mitad del siglo XIX reside en las cuatro sinfonías de Brahms. Enfocaba la composición de una sinfonía con gran cuidado y reflexión. Las dos primeras sinfonías le llevaron largos años de trabajo, pero las dos últimas fueron compuestas en escasos dos años. Sus sinfonías son clásicas, escritas en el plan de los cuatro movimientos, con una sonoridad plena y multicolor.

Segundo Grupo: Los Compositores Programáticos (Radicales)

Hector Berlioz (1803-1869)

Los efectos escénicos de los anteriores compositores quedan muy atrás cuando se comparan con el drama febril y minucioso que constituye el argumento de su Sinfonía Fantástica. La novedad principal reside en torno a un tema obsesivo o "idée fixe", que representa a la amada del héroe en todos los movimientos. Otra forma sinfónica de Berlioz es Harold en Italia, basada en escenas sugeridas por la obra Childe Harold's Pilgrimage de Byron (sobre un joven que, desilusionado por la vida placentera, busca aventuras en otras tierras. "Childe" era el calificativo inglés medieval con que se designaba a un joven lord). En este caso, el tema principal está vinculado a la viola, que, aun siendo protagonista, no es solista.

Franz Liszt (1811-1886)

Es el principal compositor de música programática posterior a Berlioz, con doce Poemas Sinfónicos, la forma más novedosa del Romanticismo, que no se denomina sinfonía al interpretarse en un solo movimiento sin interrupciones.

Anton Bruckner (1824-1896)

Encargado de reconciliar las fuerzas en conflicto del Clasicismo y el Romanticismo, sus nueve sinfonías tienen todas los cuatro movimientos convencionales y ninguna es programática, aunque a la Cuarta la llamó "Romántica".

Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893)

Sus obras orquestales más importantes son las sinfonías Cuarta, Quinta y Sexta, "Patética", destacadas por su importante melodía y brillante orquestación. También compuso su Obertura-Fantasía sobre "Romeo y Julieta", dos conciertos para piano, el de violín y el poema sinfónico Manfred de Byron.

Antonín Dvořák (1841-1904)

Su música es a veces el resultado de ideas nacionalistas dentro de la tradición romántica alemana. Destacan la Séptima Sinfonía, con frescas melodías folclóricas, y la Novena Sinfonía, "Del Nuevo Mundo", escrita durante su primera estancia en Estados Unidos.

Compositores Postrománticos

Gustav Mahler (1860-1911)

Es el último gran compositor de sinfonías, con un total de diez, aunque la última quedó inconclusa. Sus sinfonías son típicamente postrománticas: extensas, formalmente complejas, de naturaleza programática y con la exigencia de enormes recursos de ejecución. Entre las más importantes se encuentran la Primera Sinfonía, "Titán", y la Octava Sinfonía, conocida como la "Sinfonía de los Mil", que requiere una formación aún mayor de instrumentistas y cantantes.

Mahler es uno de los compositores más aventurados en el tratamiento de las combinaciones instrumentales, con un genio natural para la orquestación y la dirección. Tiene detalladísimas indicaciones de fraseo, tempo y dinámica, y un ocasional empleo de instrumentos inusuales, como mandolinas en la Séptima y la Octava, y un violín en scordatura (cuerdas afinadas un tono entero más agudo) en el scherzo de la Cuarta, destinado a imitar el sonido de la fídula (fiddle) medieval. Según frase del propio autor, cada sinfonía debe ser "un mundo".

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