Evolución Socioeconómica y Cultural en la Prehistoria Ibérica: De Nómadas a Civilizaciones Antiguas
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Evolución Socioeconómica en la Prehistoria Ibérica: Paleolítico, Mesolítico y Neolítico
Los primeros pobladores de la Península Ibérica llegaron de África, pasando por el Oriente Próximo y el sur de Europa, hace más de un millón de años.
El Paleolítico: Cazadores y Recolectores
Los humanos en el Paleolítico eran nómadas, vivían en pequeñas tribus, conocían el fuego y fabricaban herramientas de piedra tallada, que mejoraron con el tiempo. Su economía era depredadora y se basaba en:
- La caza
- La pesca
- La recolección de plantas y frutos silvestres
Tenían creencias mágicas o religiosas, evidenciadas por el enterramiento de sus muertos. Las pinturas del Paleolítico, caracterizadas por su policromía y la representación realista de figuras de animales, destacan especialmente en la región cantábrica.
El Mesolítico: Transición y Nuevas Costumbres
Alrededor del 10.000 a.C., el fin del mundo cazador del Paleolítico Superior se produjo debido a los cambios medioambientales, dando inicio al Mesolítico. Este periodo se extendió hasta el 4.000 a.C. en la península. Surge una nueva sociedad con cambios en los animales y las costumbres. Los habitantes vivían al aire libre y sus pinturas, de carácter esquemático, representan escenas de caza y recolección, dando lugar al arte rupestre levantino.
El Neolítico: La Revolución Productiva
El Neolítico se inició en el Próximo Oriente y llegó a la península hacia el 4.000 a.C. La Revolución Neolítica dio lugar a una economía productora gracias a la aparición de la ganadería y la agricultura. Esto conllevó al sedentarismo y a un significativo aumento de la población, entre otros cambios fundamentales.
Pueblos Prerromanos y Colonizaciones Históricas en la Península Ibérica
Los pueblos prerromanos son aquellos que habitaban la Península Ibérica en el primer milenio a.C. Se distinguen cuatro grandes grupos:
Principales Pueblos Prerromanos
Reino de Tartesos
Ubicado en el sureste peninsular, es conocido por las fuentes literarias bíblicas y grecolatinas, así como por sus restos arqueológicos. Poseía una gran riqueza minera y comerciaba activamente con fenicios y griegos, destacando su producción metalúrgica y su orfebrería. Desapareció en el siglo VI a.C.
Los Íberos
Habitaban la costa mediterránea, desde Cataluña hasta el Algarve portugués. Fueron los que mejor se desarrollaron gracias al contacto con los pueblos colonizadores (fenicios, griegos y cartagineses). Vivían en ciudades y pueblos elevados para facilitar su defensa. Su economía tenía una base agraria, desarrollaron la escritura y acuñaban su propia moneda. Destaca su producción artística.
Los Celtas
Llegaron a la península desde el 1.200 a.C. y se asentaron en el centro y oeste peninsular, introduciendo la metalurgia del hierro en estas zonas. Se mezclaron con los íberos (culturalmente más avanzados) en el noreste de la meseta, dando origen a los celtíberos.
Los Pueblos del Norte
Ubicados en el litoral cantábrico, tuvieron menos influencia de los celtas. Su economía se basaba principalmente en la ganadería y poseían una cultura más arcaica.
Las Colonizaciones Históricas
En el primer milenio a.C., llegaron a la Península Ibérica pueblos colonizadores procedentes del Mediterráneo oriental. Establecieron colonias en la costa mediterránea peninsular, atraídos por la riqueza de metales y el comercio. Los primeros en llegar fueron los fenicios, seguidos por los griegos y, finalmente, los cartagineses. Todos ellos influyeron significativamente en la civilización de los pueblos íberos.
Fenicios
Procedentes del Próximo Oriente, llegaron en el siglo IX a.C.
Griegos
Se establecieron en la costa este mediterránea a partir del 600 a.C., rivalizando con los fenicios desde el siglo VII a.C.
Cartagineses
Cartago, una colonia fenicia, sustituyó a los colonizadores fenicios tras su decadencia en el siglo VIII a.C.