Evolución del Teatro Español: Corrientes y Autores Clave (1939-1970s)

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El Teatro Español Posterior a 1939: Corrientes y Evolución

Panorama General Tras la Guerra Civil

Mientras en Europa se desarrollaba un teatro renovador, en España persistía un teatro convencional, caracterizado por un humor superficial dirigido a un público conservador. La Guerra Civil había provocado la pérdida de los autores innovadores de la época anterior, y las circunstancias políticas y sociales condicionaron profundamente la producción teatral.

La renovación teatral comenzó a gestarse en 1949 con la obra Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo. En la década de los 60, se crearon diversos festivales de teatro y se instauraron premios de prestigio, como el prestigioso Premio Lope de Vega de Teatro o el Marqués de Bradomín, que contribuyeron a dar a conocer a nuevos autores. La influencia del teatro europeo, con sus propuestas más experimentales, llegaría a partir de los años 70, impulsando la creación de un teatro más vanguardista en España.

El Teatro de Postguerra

La década de los 40 fue una época marcada por el fervor triunfalista, la miseria y el rencor. El teatro, al ser un espectáculo de masas, sufrió la más rígida censura durante toda la postguerra. Durante los años 40 y principios de los 50, se distinguieron varias corrientes de producción teatral:

Teatro Burgués, Continuista y Convencional

Esta corriente se mantuvo en la línea de la comedia benaventina, conocida como la "alta comedia". Se caracterizaba por ser un teatro bien construido, con personajes de clase media sin problemas económicos aparentes. Los temas más frecuentes abordaban el amor, la infidelidad y los conflictos entre padres e hijos. Autores más destacados de esta tendencia fueron José María Pemán, Joaquín Calvo Sotelo y Juan Ignacio Luca de Tena, entre otros.

Teatro de Humor Renovado

Basado en situaciones ingeniosas, este teatro destacaba por la mezcla de lo verosímil y lo absurdo, acompañado de un lenguaje agudo y crítico contra las convenciones burguesas. Sin embargo, esta corriente chocó con los gustos del público mayoritario y apenas tuvo continuadores.

Dos autores sobresalieron en esta línea:

  • Enrique Jardiel Poncela: Elaboró una caricatura de la sociedad a través de la inverosimilitud y lo fantástico, proponiendo un teatro opuesto al realista y burgués, que rompía con el concepto tradicional de lo cómico.
  • Miguel Mihura: Se anticipó al concepto del teatro del absurdo, pero, ante la incomprensión del público, tuvo que suavizar sus audacias para lograr mayor aceptación.

El Teatro en el Exilio

Los autores exiliados tras la Guerra Civil continuaron su labor creativa en sus países de acogida, principalmente Argentina y México. Destacan, entre otros, figuras como Alejandro Casona, Max Aub y Rafael Alberti, quienes enriquecieron el panorama teatral desde fuera de España.

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