Evolución del Teatro Español: Del Escenario Comercial a la Vanguardia
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El Teatro Español a Principios del Siglo XX: Del Escenario Comercial a la Innovación
El teatro español de principios del siglo XX se divide principalmente en dos grandes corrientes: el teatro comercial, que mantenía las formas tradicionales, y el teatro de innovación, que buscaba romper con ellas.
El Teatro Comercial
Esta corriente se caracterizó por su enfoque en el entretenimiento del público burgués y la continuidad de las formas dramáticas establecidas.
La Comedia Burguesa de Jacinto Benavente
Jacinto Benavente cultivó la comedia burguesa, ofreciendo una crítica amable de los ideales de esta clase social en obras como Lo cursi y Los intereses creados. También incursionó en el drama rural con Señora Ama y La malquerida.
El Teatro en Verso
Marcado por la presencia del arte verbal modernista, destacaron autores como Francisco Villaespesa con Doña María de Padilla y los hermanos Manuel y Antonio Machado con Juan de Mañara y La Lola se va a los puertos.
El Teatro Cómico
Los tipos y ambientes castizos regresaron de la mano de los hermanos Álvarez Quintero, quienes presentaron una Andalucía superficial, tópica y falseada en obras como La reina mora y El ojito derecho. Carlos Arniches produjo sainetes de ambiente madrileño y las llamadas ‘tragedias grotescas’, que mezclan lo risible y lo conmovedor, como La señorita de Trévelez. Por su parte, Pedro Muñoz Seca fue el creador del astracán, un género basado en las situaciones rocambolescas y el chiste fácil, cuyo máximo exponente es La venganza de don Mendo.
Teatro de Innovación: Dramaturgos de Ruptura
Frente al teatro comercial, surgió una corriente innovadora impulsada por autores que buscaban nuevas formas de expresión y reflexión.
El Teatro de los Autores del 98
Autores como Miguel de Unamuno, Azorín, Ramón María del Valle-Inclán y Jacinto Grau buscaron un teatro que sirviera como vehículo para expresar conflictos religiosos, existenciales y sociales. Intentaron romper con las formas realistas, creando un teatro complejo que enlazaba tendencias filosóficas y teatrales renovadoras.
Ramón María del Valle-Inclán
La trayectoria de Valle-Inclán evoluciona desde un modernismo esteticista y nostálgico hasta la creación del esperpento. Su obra teatral se divide en tres ciclos:
- El ciclo del mito: La acción transcurre en una Galicia mítica e intemporal, regida por fuerzas primarias como el poder, el sexo y la avaricia. Obras destacadas son Comedias bárbaras y Divinas palabras.
- El ciclo de la farsa: Situadas en un espacio ‘ridículo’ propio del siglo XVIII, con jardines, rosas y cisnes. Ejemplos son La marquesa Rosalinda y Farsa y licencia de la reina castiza.
- El ciclo del esperpento: Presenta la realidad española de forma exagerada, burlesca y deformada, buscando que el espectador tome conciencia de ella. El escenario muestra un mundo insólito y sorprendente, pero relacionable con la realidad cotidiana. Obras cumbre son Luces de bohemia y Martes de carnaval. El esperpento es un teatro de crítica a una realidad falsa y a valores que han perdido sentido. Destaca especialmente Luces de bohemia, que narra el recorrido nocturno de Max Estrella y Latino de Híspalis por Madrid.
El Teatro en la Generación del 27
Aunque esta generación se centró principalmente en la poesía, produjo obras teatrales interesantes. Entre ellas, destacan las de Pedro Salinas (El dictador), Rafael Alberti (El adefesio), Miguel Hernández (El labrador de más aire) y Alejandro Casona (La dama de Alba).
Federico García Lorca
La figura más relevante de esta generación en el teatro es Federico García Lorca. Su obra se puede dividir en varias etapas:
- Primeras piezas: En 1920 estrena El maleficio de las mariposas, con influencia modernista. Destacan también Mariana Pineda, un drama histórico, y las farsas trágicas La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín.
- Teatro vanguardista: Incluye las llamadas comedias imposibles o de misterio, con claro influjo surrealista. Sobresale El público, una crítica a una sociedad que condena al diferente.
- Etapa de plenitud: Caracterizada por dramas de gran intensidad poética y trágica, con un fuerte protagonismo de la mujer. Las obras más representativas son Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba.
La innovación teatral, tras estos autores, quedó en suspenso hasta mediados de la posguerra, con el surgimiento de una corriente existencial y social.