Evolución del Teatro Español: Renovación y Democracia (1960-Actualidad)
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El Teatro Español en las Décadas de 1960 y 1970
Junto con el teatro realista, en la década de los 60 surge un teatro de renovación influenciado por corrientes europeas como el teatro épico de Bertolt Brecht, el teatro underground o el teatro de lo absurdo.
Emergen grupos de teatro independiente al margen del circuito oficial, como Els Joglars o el TEI (Teatro Experimental Independiente). Este nuevo teatro se caracteriza por:
- Una escasa valoración del texto literario, lo que a menudo les llevará a la improvisación.
- La concepción del teatro como espectáculo total, incorporando danzas, música y elementos inspirados en el cabaret.
- La ruptura con las convenciones escénicas de espacio y tiempo, trasladando a veces la acción al patio de butacas para buscar la participación del público.
- El uso de personajes con dimensión simbólica o tendentes a la robotización.
Además de los grupos, destacaron autores individuales que se sumaron a esta corriente renovadora. Debido a su carácter crítico, algunas de sus obras no llegaron a estrenarse durante la dictadura.
Figuras notables incluyen a:
- Francisco Nieva: Creador del llamado "teatro furioso", con obras de raíz onírica y dadaísta.
- Fernando Arrabal: Impulsor del "teatro pánico", provocador y con elementos del absurdo, que le llevó al exilio en Francia. Algunas de sus obras son Los hombres del triciclo, Pic-Nic y El cementerio de automóviles.
El Teatro Español desde 1975: La Llegada de la Democracia
La restauración de las libertades democráticas a partir de 1975 posibilitó el estreno de muchas obras teatrales que habían permanecido censuradas o "soterradas". Esta será una época de gran diversidad de tendencias.
Por un lado, se realizan montajes vanguardistas de autores clásicos del siglo XX como Lorca, Valle-Inclán y Alberti. Sin embargo, una parte del público no siempre asimila bien estos cambios y sigue prefiriendo un teatro más convencional.
Conviven así diversas líneas:
- Autores de éxito como Antonio Gala (Anillos para una dama).
- El auge de la comedia de costumbres, con maestros como José Luis Alonso de Santos (La estanquera de Vallecas, Bajarse al moro).
- Dramaturgos que abordan la memoria histórica y social, como Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano) y José Sanchis Sinisterra (¡Ay, Carmela!).
- La continuidad de autores ya consagrados como Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre.
Además, se fomenta un teatro de calidad mediante subvenciones y la creación de nuevos organismos públicos como la Compañía Nacional de Teatro Clásico y el Centro Dramático Nacional.