Éxodo y Expansión Urbana en España: Siglos XIX y XX
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Movimientos Migratorios y Desarrollo Urbano en España (Siglos XIX y XX)
Movimientos Migratorios
En las décadas finales del siglo XIX, el desequilibrio entre el aumento de población y las escasas oportunidades de empleo condujeron a muchos españoles a emigrar a América para mejorar sus condiciones de vida.
El principal destino fue Latinoamérica, donde destacaron Argentina, México, Cuba y Brasil y, más adelante, Argelia y Túnez. Hasta 1860, se calcula que partieron más de 200 mil personas hacia América, seducidas por las oportunidades que ofrecía el nuevo continente y por la facilidad del viaje gracias a la navegación a vapor.
La Constitución de 1869 reconoció el derecho a emigrar, aumentando así el traslado de población española hacia América Latina. Las regiones con más emigrantes fueron Galicia, Canarias, Andalucía y la Comunidad Valenciana. La primera ley que regulaba la emigración fue aprobada en 1907.
También hubo emigraciones políticas o exilios, que afectaron a más de 200 mil personas. Hubo exilios de afrancesados, liberales, carlistas, republicanos… El éxodo rural se aceleró en la segunda mitad del siglo. Los campesinos abandonaron sus pueblos, donde el nivel de vida era miserable, y se trasladaron a localidades mayores.
Desarrollo Urbano
El éxodo rural potenció la urbanización, aunque lentamente debido a la concentración en Madrid y Cataluña. España era un país rural, a excepción de Cataluña.
Las ciudades destacadas se situaban en la periferia peninsular: Valencia, Sevilla, Cádiz, Málaga, Vigo, La Coruña, Oviedo, Santander o Bilbao. La excepción era Madrid. La ciudad sufrió importantes modificaciones.
La fábrica es el nuevo elemento del patrimonio industrial urbano. Las primeras fábricas se instalaron extramuros de las ciudades, próximas a las vías de comunicación para facilitar el transporte del producto. En las proximidades surgieron los barrios obreros, donde las condiciones de vida eran pésimas.
Ante esta situación de hacinamiento, tanto la clase trabajadora como la burguesía industrial buscaron soluciones como reformas en el interior de los cascos antiguos.
La aparición de proyectos de ensanches se generalizó a partir de 1850. Estos ensanches estaban destinados principalmente a lugares de residencia para la emergente burguesía comercial e industrial. Por el contrario, en las zonas periféricas, empezaron a crecer los arrabales de chabolas.
Una de las características más singulares de los ensanches es el trazado en cuadrícula ortogonal de su plano, que facilita los desplazamientos en el interior de la ciudad.
Las ciudades fueron perdiendo en parte su labor de centros de intercambio comercial o de residencia del poder, para convertirse en núcleos de producción basados en las fábricas.